*Siempre digo la verdad, incluso cuando miento digo la verdad. (Al Pacino en El precio del poder). Camelot.
FRENTE FRIO 29
Mañana de frente frío número 29. Faltan 20 por llegar.
Orizaba amanece a 16 grados.
Llovizna típica. Muy de aquí. Neblina londinense, al pie.
Ese chipi-chipi que, como el huamachito, florece y moja el coco cuando no se trae sombrero Tardán o gorra beisbolera.
Es el domingo que Real Madrid amanece con 7 puntos de diferencia en la liga contra el Barcelona de Messi. Y en el tenis cae Nadal.
Mismo domingo que el gobernador Duarte viene por segunda vez en la semana a su tierra adoptiva, Córdoba, ahora a inaugurar una remodelada de mano de gato que el alcalde Portilla, que un tiempo fue el orgullo del barrio 2 de abril de Tierra Blanca y ahora ya no lo es, le metió luminarias a ese parque central frente a Los portales, donde los chismes cafeteros se dan entre contertulios.
Viene también a su lado su fiel escudero, Juan Manuel del Castillo, otro cordobés de responsabilidad. Uno de sus alabarderos fieles.
Los otros también son de Córdoba, los Mansur, los hijos del Yoni, Cessa y contando.
LOS TRES LIBROS
Mañana en que vivo enfrascado en la pelea y lectura con tres libros (nada que ver con Peña Nieto), que anoche, por cosas del destino, se sumaron a cuatro.
Va la historia.
Estoy pegado a tres de ellos, el de James Elroy, ‘A la caza de la mujer’. El mejor escritor de novela negra. El Hitchcock del misterio o el Messi del fútbol.
Otro. Tomé uno viejo, “Cela: un cadáver exquisito”, del gran Francisco Umbral, periodista y novelista, fallecidos los dos, el gran amigo de Camilo José Cela, el Nobel español, el mismo que, según Miguel Delibes: ‘Cela se tomaba cuatro whiskys en Chicote todas las noches. Luego se va a casa y escribe un capítulo de su novela, sin mirar lo anterior’. El mismo Cela que llegó a decir: “Lo difícil del Premio Nobel no es ganarlo, sino saber llevarlo”.
El que peleaba con el periodista Umbral, al decirle: “Una pluma como la tuya es una pena que la ocupes tanto en política. Los políticos son todos unos mediocres”.
El tercer libro es uno que me envió desde tierras lejanas, el empresario orizabeño Jaime Pérez Avellá. Me ha servido. “Toda la cultura en 100 preguntas”, de José Blanco.
Allí se aprende lo elemental, mi querido Watson, desde la geografía, la historia y la economía. Se agradece.
EL CUARTO LIBRO
Me enfrasqué anoche en el cuarto libro por culpa del cine.
El cine es como la vida, o como una obra de teatro. Chaplin habló de ello: “La vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso canta, ríe, baila, llora y vive intensamente. Vive intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje, y la función termine sin aplausos”.
Entré al cine de Plaza Valle de Orizaba a ver ‘La llave de Sara”. Un pasaje real de cuando Francia fue ocupada por los alemanes. La persecución a una familia judía y el desmembramiento de todos ellos, conducen a que una pequeña llamada Sara, protagonice esa historia de maldad y llanto.
Al terminar de verla, recordé que al pie de mi cama hay un mamotreto de esa ocupación, de cuando los alemanes tomaron caminando París y me metí un poco de lleno a esa historia donde algunas veces de esta vida, he caminado por los sitios donde la Resistencia Francesa, y De Gaulle desde Inglaterra, dieron batalla épica contra esos invasores. Toda invasión es ilegal.
Caminar por el hotel Regina, en la plaza de las pirámides, cerca del Museo de Louvre, donde se albergó el comando militar de Hitler y ver de frente la imponente estatua de Juana de Arco, su heroína.
O esa misma foto que se puede ver en Google, cuando Hitler y su staff de malosos posan en Trocadero, con fondo de la Torre Eiffel, misma pose que hicimos Rico, un amigo que no es rico, y quien esto escribe, hace un año que por allí anduvimos.
Historias que se reviven en aquel París que aún no cierra ni cicatriza las heridas de ver desfilar por Campos Elíseos a ese invencible ejército invasor de Hitler.
Historias de ese Paris ocupado que, en cada esquina, hay placas fijas reconociendo el valor como homenaje a los caídos de la Resistencia Francesa.
Al menos vi unas cuantas, una de ellas saliendo del restaurante Au Pied de Cochon.
Homenaje de reconocimiento a aquellos que murieron por preservar la vida de otros, diría un clásico.
Historias que llegan de rebote al ver ‘La llave de Sara’, ese film de ese tema.
EL LIBRO QUE LLEGA
Y hablando de libros, un pariente, Alfonso Muriedas, que vive un buen tiempo de su vida en Madrid, acusa recibo y manda correo electrónico que me traerá el libro ‘La sombra de la reina’, uno que iba a pedir a El Corte Inglés, donde a doña Sofía dizque le pone los cuernos el rey Juan Carlos de España, cosa que desde endenantes (Minga dixit) lo sospechaban y lo sabían hasta los boleros de la Plaza Mayor y La Cibeles.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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