*De García Márquez en el Coronel no tiene quien le escriba: “La vida es la mejor cosa que se ha inventado”. Camelot.
Por: Gilberto Haaz Diez
EL LADO B
Uno puede tomar el lado b de la vida cuantas veces el destino lo lleve a ese destino. O sea, ve ahora a tal parte. Eso hago, muy de mañana trepo la empinada autopista de Capufe, la que lleva a Puebla y el DF. Voy a la ciudad de la nube gris, que tiene a Marcelo Ebrard como su guía. La ciudad que, según encuestas de un diario nacional, mantiene a la Betty Paredes Pineda Covalín, gran aliada del gobernador Javier Duarte de Ochoa, como la mujer que recuperará para el PRI esta ciudad, donde a veces se juega la vida y no siempre se respeta al que gana. O sea, andar a las vivas por aquello de los asaltos y cosillas así.
RUMBO AL DF
Ocho de la mañana. Lleno el tanque de gasolina. Ahora no me voy por Interjet, la línea aérea del exgobernador de las estrellas, Miguel Alemán Velazco, que dejó a su Montano de vigía de sus asuntillos. Interjet ahora vuela a La Habana, y muy temprano, como a las 9 el médico Manuel Lila de Arce me llamó, el ex secretario de Salud del gobierno pasado comentó lo del ‘Alacrán Azul’, el medicamento de los cubanos que toqué en un párrafo porque un lector xalapeño me lo pidió. Lila me dijo que aquel amigo doctor, con el que comí una vez en la Habana en El Templete, restaurante perrón que a su vez fue propiedad, antes de que el barbón Castro se alocara y expropiara todo, de una amiga cubana-española, Maritere Mier-Diez, ese médico resultó buen amigo de Lila, quien me comentó que tiene toda la información de ese descubrimiento y de ese medicamento al que recurren ahora muchísima gente y que me daría su teléfono para yo llamarle y ampliar la información. La medicina cubana goza de cabal salud.
VOY A MORIR
Prueba tangible (¿Qué demonios será tangible?) de ello es que el otro dictador, el venezolano Hugo Chávez anda en la cura de un cáncer de próstata, aunque creo que con la cirugía y quimioterapia, no con el ‘Alacrán Azul’. Paréntesis. Circula un chiste de Chávez. Lo publico porque no está al borde de la muerte, si lo estuviera me lo guardaría por respeto.
Dicen que Chávez enfrenta al doctor después del diagnóstico:
¿Tendré cura, doctor?
“Tendrás cura, ataúd de lujo, sepelio de Estado, lloronas plañideras y muchas cosas más. Creo que hasta una calle a tu nombre. No te preocupes”.
LA NIEVE
El volcán Pico de Orizaba luce con nieve. No hasta las faldas como en invierno. Nada como un invierno en el glaciar Perito Moreno. Alguna vez de un tiempo fui allí, a la Patagonia, en Argentina, mi hermano pagó el boleto de avión, que es mas caro que nada. Es lógico que sea caro porque se está en el fin del mundo. Si caminas un poquito caes al abismo. En el mapa ya no se ve nada de ese Cono Sur. Aterrizamos una mañana en un pueblito llamado Calafate. De ensueño. Tierra del expresidente Kirchner, donde allí murió. Esa vez coincidimos el gran escritor Germán Dehesa (q.e.p.d), y él por su lado y yo por el mio, adornamos sendas crónicas de ese pedazo de hielo que el Dios mas grande del Universo creó para contemplación humana.
Escribo estas líneas en la parte de Interlomas de la ciudad de México. Acompaño a un familiar que tiene intervención hospitalaria. Nada del otro mundo. En el lobby pululan muchas escoltas. Es que por aquí suelen aparecer picudos, gente relevante de la política y de las empresas que buscan la salud en este hospital que parece una ciudad. Alguna vez en uno de estos saludé al gran Mario Moreno “Cantinflas”. Extendí mi mano y le dije era un honor saludarle. El hombre sonrió y agradeció el comentario. Gigante el hospital. Con los mejores médicos de México, que a su vez son los mejores del mundo. Caros pero buenos. Todo lo contrario a la autopista de Capufe, cara y mala. Una parte de ese tramo, al llegar a Puebla, está encementado. El gobierno de Calderón le metió una lana. Quedó bien. Hablaba de picudos y me encuentro a uno. Topo con él. Nos vemos como Pedro Infante y Jorge Negrete en películas de duelos de cantos verbales. Le reconozco de inmediato. Él quizá a mi igual por la foto notiveriana donde aparezco sin retoques, aunque con 10 años menos. Es Mohamed Morales, el viudo de Belinda y viudo de los Tiburones Rojos del Veracruz. Gran amigo de Javier Duarte y de Juan Manuel del Castillo. Eché a volar mi imaginación, no haya escrito mal de él algún día y me cobre esa afrenta aquí mismo. Claro, si hubiera reto le respondería que lo arreglábamos en tiros de penaltis, como México con Camerún. Seguro le gano. Nada ocurre, pasa de largo y se sienta en mesa aledaña. Escribo estas líneas desde la cafetería del hospital. Es un buen día de primavera, el aire ha limpiado el cielo y recobra su grandeza.
LA PESTILENCIA
En el camino, una de mis hijas, Ximena, quien fue regidora del Ayuntamiento de Orizaba, al comentar de mejoras a la ciudad hablamos de un tufillo que se había adueñado de la calle Madero. El centro de la ciudad huele feo y yo creí siempre que fue porque cuando se remodeló todo ese centro, se cerraron alcantarillas. Mi hija se comunica con Luis Rojí, director de Obras Públicas. Le cuento el problema. Ya habían reportado lo mismo, me dijo. Quedó que quizá faltaría un ‘mata olores’, que se instalaría al final de los drenajes. Y quedamos que cuando oliera a perfume de gardenias, como la canción de la Santanera, se lo diría. La ciudad defeña vive ahora otra dinámica. Esta ciudad camina y sorprende. Tiene un excelente procurador, una gente seria que revisa los casos de la maluria con muchísima responsabilidad. Por la parte de Reforma, la parte alta de Palmas, se pueden ver ahora a las mujeres en sus automóviles con los vidrios abajo. Señal de que ya no hay tanta maldad como en el pasado, que solo por respirar ya te apañaban y te metían un secuestro express o te volaban tu reloj, como le hicieron al pobre de Don King, el día que circuló por Polanco, donde rolan las estrellas en sus autos de lujo. Al parecer las cosas mejoran. Se ven los segundos pisos, comienzan las bases del segundo nivel del Periférico. Si veo algo interesante, mañana les cuento. Si no no.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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