Por José Miguel Cobián
Hoy inicié mi cuenta de twitter con una ecuación matemática: Llega un grupo de ¨malosos¨ a cierta área de Monterrey y la consideran de su propiedad. El gobierno no hace nada. Los ¨malosos¨ cobran derecho de piso. El gobierno no hace nada, y los propietarios de los negocios comienzan a pagar derecho de piso. Primero le cobran a los giros con tintes ilegales, y como los casinos obtuvieron de manera inmoral que no ilegal sus concesiones gracias a Santiago Creel Miranda, están en la mira de los ¨malosos¨.
Posteriormente un dueño de casino decide no continuar con el pago de $130,000.00 semanales, pero no recibe protección de las autoridades, y su negocio sufre un ataque con ráfagas de ametralladora, como advertencia. La autoridad municipal, estatal y federal se entera pero sigue sin hacer nada.
El municipio dice que buscó clausurar el negocio. Sabemos que en todos los municipios del país todo se arregla con módica mordida. Así que hoy no estamos seguros de si el casino siguió operando gracias al amparo otorgado por el juez o porque el municipio se hizo omiso al respecto. También habría que analizar en el caso particular que nos ocupa, la relación y tráfico de influencias de familiares del actual dirigente nacional del partido en el poder federal.
A fin de cuentas, llegan los ¨malosos¨, y avisan que van a incendiar el lugar. Algunos familiares de testigos presenciales, afirman que los empleados del casino se preocuparon más por sacar el dinero en efectivo y pagarés de tarjetas de crédito que por guiar a la gente hacia salidas viables. Un par de empleados del casino fueron los únicos que guiaron a los clientes hacia fuera.
Algunos clientes entendieron que el asunto no era matar gente, sino incendiar el casino, así se atrevieron a salir por la puerta principal, y están vivos. Otros más fueron guiados por los dos empleados del casino y lograron salir a un edificio colindante. Muchos fueron hacia las salidas de emergencia y encontraron que estaban cerradas o daban a muros de ladrillo y concreto, y murieron asfixiados.
Una guerra mal planeada causa muchos más muertos entre la población civil. Primer culpable Calderón. Los mandos de la PFP, la Marina y el Ejército obedecieron la orden del primer jefe, sin rechistar y sin explicar que estaba equivocado. Que el ataque debe ser completo, por zonas e integral. Culpables ellos también. El gobierno federal anterior –como todos los anteriores- violó la ley, en este caso entregando cientos de concesiones a cambio de apoyo para la candidatura fallida de Santiago Creel. Culpable también el actual precandidato del PAN a la presidencia. Fox no combatió ni controló al narco. Culpable Fox. La policía estatal en Nuevo León, corrupta y coludida. Culpables ellos también, comenzando por su jefe, el gobernador de Nuevo León. La policía municipal de Monterrey corrupta y coludida, culpables ellos y su jefe el presidente municipal de Monterrey. Un juez otorgó un amparo para que siguiera operando el casino. Culpable el poder judicial estatal y federal que no cumple con la obligación de administrar la justicia a los mexicanos.
Los regios, sabían que había irregularidades en su estado, y no dijeron nada. Culpables ellos. Usted y yo, y todos los mexicanos, sabemos de la corrupción y de las ilegalidades en nuestros municipios, estados y país. Culpables usted y yo y todos los mexicanos. Culpables los autores materiales e intelectuales porque hasta para extorsionar hay que tener tantito cerebro, y esos fueron unos pendejos, que hasta a su propio negocio dañaron, hubieran dado cinco minutos para desalojar el local y todo estaría como siempre. Porque si no hubiera muertos, todo seguiría igual, como con los cientos de negocios quemados en Juárez y en el resto del país, que no han recibido cobertura mediática tan amplia. Y sobre todo, porque las autoridades mientras no hay cobertura mediática no intervienen. Y volvemos a lo mismo, las autoridades no hacen lo que deben porque el pueblo no se los exige. Pobre México con una población tan ignorante de sus deberes y derechos cívicos.
De seguir así, esperando que otro solucione nuestros problemas, vamos a continuar con la escalada de violencia y disociación social. Ya Basta. Tu y yo como culpables, debemos tomar el toro por los cuernos y comenzar a actuar con civismo y dentro de los causes de la ley.
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