De Benedetti: ‘Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas’. Camelot.
Por: Gilberto Haaz Diez
LA AERODINÁMICA
¿Qué hace volar a un avión? ¿El dinero o la aerodinámica?. Ambos dos, diría Fox. Mañana del día martes, de esos días del ni te cases ni te embarques.
Muy temprano estoy en la sala del aeropuerto Heriberto Jara Corona de Veracruz.
Voy a la ciudad de la nube gris. La de Marcelo Ebrard.
Un pisa y corre de ida y vuelta.
El fotógrafo de Notiver, el buen Beto Carrillo, husmea y hace click a su cámara, nos hace posar, a mi hermano y al ingeniero Salvador García, uno de la NASA.
Vamos a una misión a la Cofetel. Allí donde las almas suelen hablarse con el espectro radiofónico y televisivo. Con las ondas hertzianas. La de la defeña calle Eugenia.
Salen dos vuelos pegados. Uno de Viva aerobús y otro la del exgobernador de las estrellas, Miguel Alemán, la Interjet, que tiene colores azules aunque Fidel un día le imploró al góber del imperio que los pintara de rojo. Nones, le dijo aquel.
Historia concluida.
Está por llegar el vuelo de México. Es la mañana que Harvey nos dejó mucha agua en Veracruz Puerto y en Orizaba, aunque a nosotros el agua nos hace lo que el viento a Juárez. Por lo regular allí llueve un día sí y otro también.
VUELTA Y VUELTA
Hay pasajeros desmañanados. Dormitan. Mi despertar fue a las 5 y media, cuando tuve que tomar la maltratada autopista de Capufe. Tiene mas parches que el capitán Garfio.
Comienza el rumor en la sala. El avión de Interjet no puede bajar. Choferes de las afueras le vieron dar dos y tres vueltas y volver a remontar a las alturas.
¿Qué ocurre?, pregunto a una empleada del mostrador.
Da su explicación. Me alerto. Solo hay dos situaciones graves que pueden ocurrir.
O el piloto anda crudo o es chambón.
Ante eso no hay defensa, es como en el beisbol: contra la base por bola no hay defensa.
Le hago al Ampudia que todos llevamos dentro y comienzo la investigación.
¿Qué puede ocurrir para que un piloto dé tres levantones antes de aterrizar?
El avión no aparecía. Como Gadhaffi.
De inmediato lo descubro. La técnica de Ampudia me sirvió: tú pregunta siempre, me dijo una vez como consejo, ese hombre que era como el Sherlock Holmes en el tiempo de Chirinos y Yunes.
Sucede que Harvey. Paréntesis. (La periodista Maruchi Bravo Pagola publicó en su Facebook un buen tino; que ni el huracán Harvey se atrevió a venir a Veracruz. O algo así) no entró y pegó de lleno, pero dejó nubarrones y agua, y plomazos.
TERCERA INTENTONA
El piloto, a la tercera intentona por fin lo bajó. La causa, por la parte de la pista donde normalmente se entra, no se podía. Había agua, nubarrones y turbulencia. El piloto tuvo que tomar la otra cabeza de pista, y así lo logró. Hagan de cuenta que fue a dar la vuelta a la manzana. Para el despegue, cuando trepamos, le pregunté si todo iba bien. Dijo ‘yes’ y ya confiado ni a Montano (Alejandro) le hablé para que checara de favor si el avión y el piloto andaban bien. Al despegar tomó la otra cabeza de pista. Normalmente se despega con el viento en contra. Ahora no se podía, violando todas las normas de la aeronáutic, salimos con viento de cola. Apretamos un poco y despegamos como los zurdos, por el otro lado. Cuando el piloto remontó el vuelo, retornó de inmediato, dio un giro en ‘u’, enfiló hacia el volcán Pico de Orizaba y pocos minutos después la calma llegó.
Más problema fue el retorno por la noche. Al subir, la turbulencia defeña nos puso a bailar la lambada. Volví a apretar un poco aquellito, una persignada y que Dios disponga lo que quiera.
Sin novedad. Minutos después la turbulencia terminó. El zangoloteo se acabo y treinta y cinco minutos después a aterrizar en ese Veracruz donde ahora los tronidos dan miedo. No los truenos de la tempestad y la lluvia. Felicité a ese mismo piloto. Nos hizo aterrizar como campeones. Llegamos sanos y salvos al Puerto.
Ah, en ese vuelo venía Toño Sierra, el milloneta síndico único de Ayuntamiento de Veracruz. Me quedó lejos. A unas cuantas filas. No pude preguntarle un algo de la nomenclatura que me platicó el ingeniero García, y que aquí detallo para que la alcaldesa Caro, Caro, Carolina, se ponga las pilas.
Sucede que en la colonia Zaragoza, algún iletrado cambió la nomenclatura por sus tanates. La calle se llamó desde hace mucho tiempo Ignacio Manuel Altamirano.
Un alcalde despistado, se sospecha de Juan Maldonado o de Joserra, cuando mandó a hacer las placas de metal de la nomenclatura callejera, le puso Manlio Fabio Altamirano. Dos tipos diferentes. El problema es que, en algunas de las escrituras del Registro Publico de la Propiedad, y en el mismo Catastro, las casas están registradas al otro Altamirano, que no es Manlio, era Ignacio.
CIUDAD SEGURA
México es otro. Es increíble que en poco tiempo, con un poco de ayuda del gobierno federal y de los cuerpos de seguridad del gobierno de la ciudad, hayan ahuyentado a la maluria. Es muy cierto que era otro tipo de maldad, la de los secuestros y los mochaorejas y pandilla de rufianes. Hoy se respiran otros aires. Es increíble que ahora sea una ciudad más segura que muchos de los estados del país donde hay líos.
Que bueno por ellos. Vivieron noches y días perdidos.
Noches y días sin saber si sus hijos regresaban a casa, como ocurrió con muchos padres de familia. Cuando los Jinetes del Apocalipsis cabalgaban por esa ciudad bella que se puede comparar a Paris o Nueva York o a la que le pongan, en todo, en gastronomía y en belleza arquitectónica. Vamos, hasta en Tepito hay mas seguridad que en muchas calles nuestras. Por eso Marcelo Ebrard está en los cuernos de la luna. Nada hay como vivir seguros. Nada hay como tener la certeza de que se vive en un entorno de paz. Nada.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
Por: Gilberto Haaz Diez
LA AERODINÁMICA
¿Qué hace volar a un avión? ¿El dinero o la aerodinámica?. Ambos dos, diría Fox. Mañana del día martes, de esos días del ni te cases ni te embarques.
Muy temprano estoy en la sala del aeropuerto Heriberto Jara Corona de Veracruz.
Voy a la ciudad de la nube gris. La de Marcelo Ebrard.
Un pisa y corre de ida y vuelta.
El fotógrafo de Notiver, el buen Beto Carrillo, husmea y hace click a su cámara, nos hace posar, a mi hermano y al ingeniero Salvador García, uno de la NASA.
Vamos a una misión a la Cofetel. Allí donde las almas suelen hablarse con el espectro radiofónico y televisivo. Con las ondas hertzianas. La de la defeña calle Eugenia.
Salen dos vuelos pegados. Uno de Viva aerobús y otro la del exgobernador de las estrellas, Miguel Alemán, la Interjet, que tiene colores azules aunque Fidel un día le imploró al góber del imperio que los pintara de rojo. Nones, le dijo aquel.
Historia concluida.
Está por llegar el vuelo de México. Es la mañana que Harvey nos dejó mucha agua en Veracruz Puerto y en Orizaba, aunque a nosotros el agua nos hace lo que el viento a Juárez. Por lo regular allí llueve un día sí y otro también.
VUELTA Y VUELTA
Hay pasajeros desmañanados. Dormitan. Mi despertar fue a las 5 y media, cuando tuve que tomar la maltratada autopista de Capufe. Tiene mas parches que el capitán Garfio.
Comienza el rumor en la sala. El avión de Interjet no puede bajar. Choferes de las afueras le vieron dar dos y tres vueltas y volver a remontar a las alturas.
¿Qué ocurre?, pregunto a una empleada del mostrador.
Da su explicación. Me alerto. Solo hay dos situaciones graves que pueden ocurrir.
O el piloto anda crudo o es chambón.
Ante eso no hay defensa, es como en el beisbol: contra la base por bola no hay defensa.
Le hago al Ampudia que todos llevamos dentro y comienzo la investigación.
¿Qué puede ocurrir para que un piloto dé tres levantones antes de aterrizar?
El avión no aparecía. Como Gadhaffi.
De inmediato lo descubro. La técnica de Ampudia me sirvió: tú pregunta siempre, me dijo una vez como consejo, ese hombre que era como el Sherlock Holmes en el tiempo de Chirinos y Yunes.
Sucede que Harvey. Paréntesis. (La periodista Maruchi Bravo Pagola publicó en su Facebook un buen tino; que ni el huracán Harvey se atrevió a venir a Veracruz. O algo así) no entró y pegó de lleno, pero dejó nubarrones y agua, y plomazos.
TERCERA INTENTONA
El piloto, a la tercera intentona por fin lo bajó. La causa, por la parte de la pista donde normalmente se entra, no se podía. Había agua, nubarrones y turbulencia. El piloto tuvo que tomar la otra cabeza de pista, y así lo logró. Hagan de cuenta que fue a dar la vuelta a la manzana. Para el despegue, cuando trepamos, le pregunté si todo iba bien. Dijo ‘yes’ y ya confiado ni a Montano (Alejandro) le hablé para que checara de favor si el avión y el piloto andaban bien. Al despegar tomó la otra cabeza de pista. Normalmente se despega con el viento en contra. Ahora no se podía, violando todas las normas de la aeronáutic, salimos con viento de cola. Apretamos un poco y despegamos como los zurdos, por el otro lado. Cuando el piloto remontó el vuelo, retornó de inmediato, dio un giro en ‘u’, enfiló hacia el volcán Pico de Orizaba y pocos minutos después la calma llegó.
Más problema fue el retorno por la noche. Al subir, la turbulencia defeña nos puso a bailar la lambada. Volví a apretar un poco aquellito, una persignada y que Dios disponga lo que quiera.
Sin novedad. Minutos después la turbulencia terminó. El zangoloteo se acabo y treinta y cinco minutos después a aterrizar en ese Veracruz donde ahora los tronidos dan miedo. No los truenos de la tempestad y la lluvia. Felicité a ese mismo piloto. Nos hizo aterrizar como campeones. Llegamos sanos y salvos al Puerto.
Ah, en ese vuelo venía Toño Sierra, el milloneta síndico único de Ayuntamiento de Veracruz. Me quedó lejos. A unas cuantas filas. No pude preguntarle un algo de la nomenclatura que me platicó el ingeniero García, y que aquí detallo para que la alcaldesa Caro, Caro, Carolina, se ponga las pilas.
Sucede que en la colonia Zaragoza, algún iletrado cambió la nomenclatura por sus tanates. La calle se llamó desde hace mucho tiempo Ignacio Manuel Altamirano.
Un alcalde despistado, se sospecha de Juan Maldonado o de Joserra, cuando mandó a hacer las placas de metal de la nomenclatura callejera, le puso Manlio Fabio Altamirano. Dos tipos diferentes. El problema es que, en algunas de las escrituras del Registro Publico de la Propiedad, y en el mismo Catastro, las casas están registradas al otro Altamirano, que no es Manlio, era Ignacio.
CIUDAD SEGURA
México es otro. Es increíble que en poco tiempo, con un poco de ayuda del gobierno federal y de los cuerpos de seguridad del gobierno de la ciudad, hayan ahuyentado a la maluria. Es muy cierto que era otro tipo de maldad, la de los secuestros y los mochaorejas y pandilla de rufianes. Hoy se respiran otros aires. Es increíble que ahora sea una ciudad más segura que muchos de los estados del país donde hay líos.
Que bueno por ellos. Vivieron noches y días perdidos.
Noches y días sin saber si sus hijos regresaban a casa, como ocurrió con muchos padres de familia. Cuando los Jinetes del Apocalipsis cabalgaban por esa ciudad bella que se puede comparar a Paris o Nueva York o a la que le pongan, en todo, en gastronomía y en belleza arquitectónica. Vamos, hasta en Tepito hay mas seguridad que en muchas calles nuestras. Por eso Marcelo Ebrard está en los cuernos de la luna. Nada hay como vivir seguros. Nada hay como tener la certeza de que se vive en un entorno de paz. Nada.
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