*Nadie está exento de decir una tontería. La desgracia consiste en decirla con solemnidad. Camelot.
Por: Gilberto Haaz Diez
VOLAR Y VOLAR
Nada hay peor que volar. Presumir lo que luego no se cumple. Blofear, como en los tapetes verdes de la baraja donde, el que tiene nada, o full o nada, quiere ganar al que tiene corrida o pokar o quintilla de ases. Héctor Yunes Landa, que camina como emperador vencedor o guerrero como Aníbal en batalla de triunfo, he comentado que llegó a Tierra Blanca y se enchiló y todo enojao regañó y regañó a quién o quiénes se dejaron. Hasta ahí esta historia que no tiene más hojas que contar entre regañón y regañados. Llamó mi atención una frase-aventura. Dijo Yunes, al regañar, que si así se siguen portando, sin estar unidos como racimo de coyol (expresión pueblerina de don Cástulo Delfín, un excalcalde terrablanquense), ‘no van a poder cumplir con la cuota de dos millones de votos que el gobernador Duarte le prometió al candidato del PRI’, que me imagino es Enrique Peña Nieto (eso último no lo dijo Yunes porque, me dice un garganta profunda sin sueldo, su candidato es Beltrones).
DE BOCA A BOCA
Respiración de boca a boca. Que yo haya sabido, a menos que haya sido un acuerdo muy cupular y secreto entre gobernador y candidato (que aún no lo hay), Javier Duarte de Ochoa no ha expresado en ningún sitio, ni siquiera con sus cuates con los que jugaba en pantaloncitos cortos a las canicas en Córdoba, no ha expresado tener y ofrecer dos millones de votos. Sé que se acuartela bastante con Peña Nieto, pero seguro ven estrategias perronas. En la elección pasada de gobernador, el PRI tuvo un millón 400 mil votos, aproximadamente. Si están tan seguros de meterle 600 mil más, como por arte de magia a la Mandrake, pues bienvenidos sean esos votos, aleluya, pero si no, más vale no andar ofreciendo lo que no se tiene, so pena de hacer el ridículo como en 1988 lo hizo Jorge de La Vega Domínguez, presidente nacional del PRI, que le ofreció públicamente al candidato Carlos Salinas de Gortari 20 millones de votos, y Salinas, con un poco de ayuda de sus amigos y con la caída del sistema de Bartlett, pasó dejando pelos en la cerca y no llegó siquiera a los diez millones. Cuauhtémoc Cárdenas y el gordo Clouthier echaban pestes de esa elección. En la historia electoral, ningún priísta ha llegado a 20 millones de votos en elección federal. El más cercano fue Ernesto Zedillo, ese hizo 17 millones, pero no era priísta, quién sabe qué demonios era. Por eso, como dice José José, cuidado, mucho cuidado, que estás tomando por un rumbo equivocado.
EL LIBRO DE LAS FRASES
Estando en España, donde las librerías madrileñas abundan y en El Corte Inglés se encuentra todo, me hice de un libro que un amigo pidió le trajera. Compré dos; uno para él, otro para mí. Se llama ‘Las 400 frases que uno dice a menudo y no sabe por qué’.
Por ejemplo. Cuando Julio César subrayó su célebre paso del Rubicón con la frase ‘Alea jacta est’ (La suerte está echada), citaba un verso de Menandro, probablemente muy conocido en su tiempo, pero que difícilmente hubiere llegado hasta el nuestro de no haberse apalancado en él el general romano. Fue solo en ese momento cuando de verdad nació la frase.
Dolores Ibarruri, La pasionaria, tiró dos slogans que no eran de ella, dichos en la Guerra Civil: “Mas vale morir de pie que vivir de rodillas”. Se lo fusiló a mi general Emiliano Zapata. El otro: “¡No pasarán!”. Tampoco era de ella. Al parecer fue de Pétain, el francés.
Aquella legendaria de ‘Con la Iglesia hemos topado, Sancho’, no existió así. En el capitulo IX de la segunda parte del Quijote, caballero y escudero recorren de noche las calles de El Toboso, buscando el palacio de Dulcinea. Creen verlo en un gran edificio, pero resulta ser el templo de la localidad. Y entonces el hidalgo dice: “Con la iglesia hemos dado, Sancho”. Nada de referencia a topar con la iglesia de un poder religioso malogrado.
Los tontos útiles, fue una frase que todos la han utilizado, hasta los gobiernos priístas cuando querían satanizar a sus opositores. Pero fue de Lenin. Como aquella otra de ‘El tigre de papel’, que Mao atizó a los Estados Unidos y erró, porque tigre de papel no lo era, aunque ahora ande endeudado y deba hasta la camisa. Y tan era cierta fue que, cierta vez Nikita Kriuchev dijo que sí, que ‘el tigre de papel tiene los colmillos atómicos’, y la discusión terminó.
Aquella de Churchill de ‘no tengo otra cosa que ofrecer sino sangre y trabajos, lágrimas y sudor’, pues sucede que no era el tal Winston. Un día medio jarra la leyó de la novela ‘las bostonianas’ de Henry James. Pero el hombre la hizo tan suya que nadie la discutió jamás.
Manuel Fraga, político español, se fusiló aquella de ‘Gobernar es resistir’. Es de Ramón María Narváez y Fraga la usó para su comodidad.
Aquella de “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Los Estados Unidos’, fue de mi general Porfirio Díaz. Nada de Benito Juárez ni ningún otro. Ese tuvo la suya, inmortal, ‘Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz’.
Breviario cultural del libro de Josep M. Albaiges y M. Dolors Hipólito, y mío que las recopilé y copié
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
Por: Gilberto Haaz Diez
VOLAR Y VOLAR
Nada hay peor que volar. Presumir lo que luego no se cumple. Blofear, como en los tapetes verdes de la baraja donde, el que tiene nada, o full o nada, quiere ganar al que tiene corrida o pokar o quintilla de ases. Héctor Yunes Landa, que camina como emperador vencedor o guerrero como Aníbal en batalla de triunfo, he comentado que llegó a Tierra Blanca y se enchiló y todo enojao regañó y regañó a quién o quiénes se dejaron. Hasta ahí esta historia que no tiene más hojas que contar entre regañón y regañados. Llamó mi atención una frase-aventura. Dijo Yunes, al regañar, que si así se siguen portando, sin estar unidos como racimo de coyol (expresión pueblerina de don Cástulo Delfín, un excalcalde terrablanquense), ‘no van a poder cumplir con la cuota de dos millones de votos que el gobernador Duarte le prometió al candidato del PRI’, que me imagino es Enrique Peña Nieto (eso último no lo dijo Yunes porque, me dice un garganta profunda sin sueldo, su candidato es Beltrones).
DE BOCA A BOCA
Respiración de boca a boca. Que yo haya sabido, a menos que haya sido un acuerdo muy cupular y secreto entre gobernador y candidato (que aún no lo hay), Javier Duarte de Ochoa no ha expresado en ningún sitio, ni siquiera con sus cuates con los que jugaba en pantaloncitos cortos a las canicas en Córdoba, no ha expresado tener y ofrecer dos millones de votos. Sé que se acuartela bastante con Peña Nieto, pero seguro ven estrategias perronas. En la elección pasada de gobernador, el PRI tuvo un millón 400 mil votos, aproximadamente. Si están tan seguros de meterle 600 mil más, como por arte de magia a la Mandrake, pues bienvenidos sean esos votos, aleluya, pero si no, más vale no andar ofreciendo lo que no se tiene, so pena de hacer el ridículo como en 1988 lo hizo Jorge de La Vega Domínguez, presidente nacional del PRI, que le ofreció públicamente al candidato Carlos Salinas de Gortari 20 millones de votos, y Salinas, con un poco de ayuda de sus amigos y con la caída del sistema de Bartlett, pasó dejando pelos en la cerca y no llegó siquiera a los diez millones. Cuauhtémoc Cárdenas y el gordo Clouthier echaban pestes de esa elección. En la historia electoral, ningún priísta ha llegado a 20 millones de votos en elección federal. El más cercano fue Ernesto Zedillo, ese hizo 17 millones, pero no era priísta, quién sabe qué demonios era. Por eso, como dice José José, cuidado, mucho cuidado, que estás tomando por un rumbo equivocado.
EL LIBRO DE LAS FRASES
Estando en España, donde las librerías madrileñas abundan y en El Corte Inglés se encuentra todo, me hice de un libro que un amigo pidió le trajera. Compré dos; uno para él, otro para mí. Se llama ‘Las 400 frases que uno dice a menudo y no sabe por qué’.
Por ejemplo. Cuando Julio César subrayó su célebre paso del Rubicón con la frase ‘Alea jacta est’ (La suerte está echada), citaba un verso de Menandro, probablemente muy conocido en su tiempo, pero que difícilmente hubiere llegado hasta el nuestro de no haberse apalancado en él el general romano. Fue solo en ese momento cuando de verdad nació la frase.
Dolores Ibarruri, La pasionaria, tiró dos slogans que no eran de ella, dichos en la Guerra Civil: “Mas vale morir de pie que vivir de rodillas”. Se lo fusiló a mi general Emiliano Zapata. El otro: “¡No pasarán!”. Tampoco era de ella. Al parecer fue de Pétain, el francés.
Aquella legendaria de ‘Con la Iglesia hemos topado, Sancho’, no existió así. En el capitulo IX de la segunda parte del Quijote, caballero y escudero recorren de noche las calles de El Toboso, buscando el palacio de Dulcinea. Creen verlo en un gran edificio, pero resulta ser el templo de la localidad. Y entonces el hidalgo dice: “Con la iglesia hemos dado, Sancho”. Nada de referencia a topar con la iglesia de un poder religioso malogrado.
Los tontos útiles, fue una frase que todos la han utilizado, hasta los gobiernos priístas cuando querían satanizar a sus opositores. Pero fue de Lenin. Como aquella otra de ‘El tigre de papel’, que Mao atizó a los Estados Unidos y erró, porque tigre de papel no lo era, aunque ahora ande endeudado y deba hasta la camisa. Y tan era cierta fue que, cierta vez Nikita Kriuchev dijo que sí, que ‘el tigre de papel tiene los colmillos atómicos’, y la discusión terminó.
Aquella de Churchill de ‘no tengo otra cosa que ofrecer sino sangre y trabajos, lágrimas y sudor’, pues sucede que no era el tal Winston. Un día medio jarra la leyó de la novela ‘las bostonianas’ de Henry James. Pero el hombre la hizo tan suya que nadie la discutió jamás.
Manuel Fraga, político español, se fusiló aquella de ‘Gobernar es resistir’. Es de Ramón María Narváez y Fraga la usó para su comodidad.
Aquella de “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Los Estados Unidos’, fue de mi general Porfirio Díaz. Nada de Benito Juárez ni ningún otro. Ese tuvo la suya, inmortal, ‘Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz’.
Breviario cultural del libro de Josep M. Albaiges y M. Dolors Hipólito, y mío que las recopilé y copié
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