Fortin Municipio que Florece!!!

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viernes, 5 de agosto de 2011

Acertijos

 Por: Gilberto Haaz Diez

De Albert Camus y mía: “El otoño es una segunda primavera en la que cada hoja es una flor”. Camelot. 
EL MUNDO LOCO

El mundo enloquece. Eso de que las Chivas goleén a Barcelona y Pep Guardiola haga pucheros y apriete aquellito en estadio americano de Miami, es algo que ni Ripley se esperaba. Hoy por la mañana, por ejemplo, cuando le dije a un amigo que Chivas había vencido al mejor equipo del mundo, en un juego que los dos goles de Marco Fabián, a quien Guardiola ya lo quiere en sus reservas, me dijo que ‘se habían dejado ganar’, entonces cambié de tema. Me fui a lo mío, a las historias. Los presidentes y los gobernadores, y hasta los alcaldes pueblerinos tienen su estilo personal de celebrar triunfos políticos. López Mateos, cada que un acuerdo se le daba, tomaba su auto deportivo, se ponía una cachucha para no ser reconocido y se trepaba a un par de nenorras a dar la vuelta como Fittipaldi. O llenaba el Zócalo de aplaudidores. Echeverría brindaba con su agua de jamaica y horchata, siempre al lado de la compañera María Esther Zuno de Echeverría. López Portillo brincaba arriba de los elefantes y se arrimaba a mujer guapa, cuando podía, que era muy seguido. Díaz Ordaz sonreía con sus dientes de tarpala. De los gobernadores sé muy poco. Rafael Hernández Ochoa, que era ranchero, se iba al rancho y por la mañana ordeñaba vacas, como lo hacía Fox. Salinas se reunía con el poder. Agustín Acosta Lagunes se encerraba a hacer números, como buen economista. Fidel (Herrera Beltrán) trepaba al Nopaltepec One a quien se le ocurriera y lo festejaba en la chamba. Alemán (Miguel) tomaba su jet particular y se iba a Acapulco, o a una de las mansiones que dicen tiene en París, Francia, tierra de su bella esposa, doña Christiane Magnani de Alemán, una mujer que trabajó muy bien por el desarrollo de la niñez. Duarte aún es una incógnita. Pero no tarda y sabemos cómo lo festeja.

OBAMA Y LA DEUDA

Toco el tema porque mister Barack Obama, que cobra sus quincenas como presidente del imperio mas grande que ha dado la humanidad, el de los Estados Unidos de Norteamérica, al cerrar mas o menos con broche de oro el acuerdo de la deuda externa, que algunos llaman deuda eterna, cada que tiene un logro se lleva a sus cuates a una hamburguesería que está cercana a la Casa Blanca, ‘Ray’s Hell Burguer’. Alguna vez llevó allí mismo al ruso Dimitri Medvedet, y entre unas papas fritas y una carne de res Obama casi le hace firmar el pacto de no agresión nuclear. Ahora ayer se fue a otra. No llevó picudos relevantes. Obama invitó a su equipo de confianza (hagan ustedes de cuenta que Duarte jala a Juan Manuel del Castillo y al hijo del Johny, secretario del Trabajo, y a uno de los Mansur, que son sus cuates de la infancia, a celebrar en el Asadero Cien, un comedero de Xalapa), entre hamburguesas y salsa Ketchup aplaudían el pacto legislativo que lo hacia parir mañana, tarde y noche. El mundo respiró con tranquilidad porque, si los del Tea Party, que son peores que los panistas radicales del Pipo, no lograban el consenso, las bolsas caerían como cayó el director de Tránsito de Veracruz, por darle paso al Demuner, un poderoso transportista.

LA HERMANA XALAPEÑA

Mi hermana Rosi, que es xalapeña de adopción, y lee mis escritos desde hace mucho tiempo, me habló muy temprano (es una de mis 77 lectoras fieles, tengo de lectores a 70 familiares y 7 amigos y amigas), casi me regaña y se lo permito porque, aunque es menor de edad que yo, la quiero mucho, me decía que las hojas del otoño neoyorkino no eran de septiembre, tiempo que se pone como Perote, cuando las hojas toman un color acre que no lo hay en el mundo. Entonces pensé me había equivocado con las temporadas del calendario, no era así, andaba yo bien, el otoño comienza el 21 de septiembre y termina el 20 de diciembre, cuando llega el invierno, ese invierno que, decía Machado: “Blanco invierno. Crudos soplos. Invierno. Blancas sendas; simétricos montículos y ramas esqueléticas”. Voy al Google, que para eso está, para ilustrarnos: ‘el otoño es la estación de las cosechas de, por ejemplo, el maíz y el girasol. En literatura el otoño, en sentido figurado, representa la vejez. Durante el otoño, las hojas de los árboles caducos cambian y su color verde se vuelve amarillento y amarronado, hasta que se secan y caen ayudadas por el viento que sopla con mayor fuerza. Desde esta estación la temperatura comienza a ser un poco fría’. Buscaré hoy mismo la cinta ‘Otoño en Nueva York’, con Richard Gere y Winona Ryder, para ver ese esplendor neoyorkino. Cursilona, pero buena por ver la ciudad en su esplendor.

MÁS DEL OTOÑO

Seguí en el tema. Llamé a mi cuate, Marco Antonio Córdova Béjar, que fue un tiempo jardinero del Emperador Díez y ahora lo es del Emir Chahín, en el Ayuntamiento de Orizaba. Pregunté cuáles eran los árboles otoñales. Me dijo que el castaño, el nogal, el avellano, el manzano, la peral. Tengo uno en el jardín y patio de mi casa, que es particular y se llueve y se moja como los demás, en el invierno se pone blanco el muy canijo, tan blanco como la cabeza de un viejo que ahora ya camina lerdo, sin carnaval ni comparsas, se ve perrón, ignoro cómo se llama, todo el año palidece, sus hojas verdes no dan mas tono que un verde olivo, como el de los ejércitos, pero en invierno recobra su blanca grandeza como si estuviera nevado. Hay árboles para cada estación. Ahora ando en la floricultura, en mi otra vida debí ser jardinero, quizá de Versalles o de algún parque de pueblecillo jodido, pero de que lo fui lo fui. De Tierra Blanca no creo, porque dicen que uno reencarna en otro sitio, y ese fue el que yo nací, el día que nacieron todas las flores, como las Mañanitas.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com

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