Fortin Municipio que Florece!!!

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jueves, 4 de agosto de 2011

Acertijos

 Por: Gilberto Haaz Diez

*Lo que podemos hacer cuando la lluvia cae, es dejarla caer. Camelot.
AGOSTO Y SEPTIEMBRE
Agosto arranca lluvioso. Se irá pronto. Obedece el nombre en honor del emperador romano, Augusto Octavio. Llegará septiembre, el mes más hermoso del año, el de los otoños que las hojas caen y hacen ver a Nueva York como ciudad eterna y bella. Tomo la autopista a Veracruz. Llueve. No para de llover. El follaje verde da todos los tonos que engalanan el campo de Veracruz. La lluvia medio ataranta y golpea el parabrisas con fuerza, aquella que Neruda señaló: ‘Regresa lluvia a tu nido anterior, vuelve con tus agujas al pasado: hoy quiero el espacio blanco, el tiempo de papel para una rama de rosal verde y de rosas doradas: algo de la infinita primavera’. Hay accidentes al pie del camino. No se puede andar a mil por hora. Con cuidado, un auto volteado, otro patinó al pie de la carretera. El piso mojado no es buen aliado, ni de sector ni de partido, como dijera un priísta.

EN VERACRUZ
Estoy en Veracruz, hago un alto en el camino. Bajo por un café y la compra de revistas a su plaza comercial. Ando, como quisiera Buganza, un día sin auto. Tomo un taxi, voy al diario Notiver a la gorrita de un café y por mi dotación de galletas, que elabora la hija de Paco Noriega. El taxista, que son pregoneros y todo cuentan y todo saben y lo que no lo inventan, platica poco. Yo por igual. Es mañana como el día: triste y nebuloso. Al treparme, pregunto si trae taxímetro. Me vio con cara de ‘what’. Negociamos. 50 pesos de allí a mi sitio de destino. “Con el taxímetro”, asegura, “serán como 30 pesos, saldré perdiendo y usted ganando”, se quejó. Llego, gorreó café con el director Salces, Draga Vidal y Sergio Gil Ortiz -el único decimero ingeniero, conocido como en el ámbito cultural como ‘Ruperto’-, atestiguan la plática. Parto a la hora y pico. Va por mi Rico (José Luis), el amigo que no es rico en pasta, pero si en sentimientos y amistad. En su Nissan económico partimos a la comida. Hacia hambre. Comeremos solos esta vez. Al restaurante Azafrán, el del boulevard Ruiz Cortines. Uno perrón. Donde un día encontramos a Yunes y a Ampudia y la platica fue cordial, de espionaje y aventuras.

EL MEJOR DEL MUNDO
Paréntesis: (El mejor restaurante del mundo no es al que yo fui en París, el Michele Rostang de la 10 Rue de Gustave Flaubert, donde el amigo que pagó la cuenta la firmó en su tarjeta y me dijo la semana pasada, que recordé el suceso, que aún la sigue pagando, todo endeudado. El mejor restaurante del mundo es uno que no conozco ‘elBulli’, a 56 kilómetros de Girona. Tiene no sé cuántas estrellas Michelin y tiene también al mejor Chef del mundo, un catalán llamado Ferran Adriá. Cierra seis meses al año, porque los otros seis se ponen a inventar platillos. Abre solo por las tardes o noches. Conseguir una mesa allí es dificilísimo, es más fácil encontrar rosas en el mar. 50 años de historia, ahora lo van a cerrar para pasar a ser Fundación elBulli. Allí donde Adriá tiene su púlpito y es el Messi de los cocineros. Volverá a abrir en 2014. Todo esto lo leí ayer en El País)

EL OTRO RESTAURANTE
En el Azafrán de Veracruz pedimos los huevos rotos, que son unos estrellados con patatas y con jamón serrano y quieren hacerlos igual que Casa Lucio, el de la Cava Baja de Madrid. Aún no le llegan pero por ahí van. Duarte anda en Brasil, me dicen que ya ‘fala’ portugués, comenzó a hablar un poco el idioma. Hace unos días le envié un Blackberriazo para recordarle que vaya a la playa y busque a esos chamacos que la tallan como Pelé y los traiga de refuerzos a los Tiburones. Respondió de enterado. Al restaurante llegamos como a las 3 y pico. Medio lleno. Unas cuantas mesas. De repente la vi llegar. Tenía rato que no coincidíamos en restaurante, ella, que es mujer socialité y de buen comer. No es mi amiga ni nada parecido. Era la Perlasca (Leticia) secretaria de Turismo que hacía turismo y que, al entrar, la gran cava de vinos se alegró. Comió con una mujer y un hombre y se empinó una botella de vino mexicano. Buena gourmet la Leticia.

LOS AUTOS
Pedimos el auto al vallet parking. Un Land Rover de lujo nos aventajaba. Nosotros, en nuestro módico y económico Nissan rojo estándar, pero no del rojo de la fidelidad, ese rojo mata-retina. Partimos al pequeño shopping, ahora, desde que tenemos plaza en Orizaba mis noventa por ciento de compras las hago allí, para fortalecer nuestra economía y guardar bien nuestros empleos, localista como los texanos: un café al atardecer en esa plaza que tiene vida y movimiento, como la de Orizaba, que día a día mejores negocios abren y mejores expectativas de empleos se dan para los orizabeños y gente de la región.

DE BEISBOL
Tengo un lector amigo al que le gusta el béisbol. Es cordobés y pelotero de guante abierto. Ignoro si lo jugó de chiquillo, pero de que le gusta le gusta. Veo poco béisbol mexicano. Por lo regular veo los juegos de la liga americana. Alguna vez me metí al Yankee Stadium a ver a los Mulos de Manhattan. En ese estadio que Babe Ruth construyó. El amigo se queja de que sólo hablo de los Tiburones y no del Águila de Veracruz, otra leyenda. Cierta vez capté una frase que guardé por los siglos de los siglos, amén. Es del béisbol: “No hay nada más serio que el béisbol, todo lo que necesitas saber está allí: tiene éxitos y fracasos, momentos de compañerismo y momentos de soledad, y tiene un fin, no un reloj, como en otros deportes, sino tiene un fin”. Este es el correo del amigo: “Deberías ahora de ponderar al Águila de Veracruz, que en play offs en tierras bucaneras derrotó a los campechanos 10 a 4, razón por la cual el número Uno (ese me imagino es Javier Duarte) trae el logo del ave en su messenger, los emplumados si ganan mi querido y dilecto amigo”.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com

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