Fortin Municipio que Florece!!!

Fortin  Municipio que Florece!!!

sábado, 20 de agosto de 2011

Acertijos Por: Gilberto Haaz Diez

 
 
 
 

*Los falsos amigos son como los banqueros, siempre llegan sonriendo. Camelot.

LA DEUDA DE VERACRUZ
En la tele del noticiario nocturno, el de mayor audiencia, una escena sobresalía.
El Cordero que quita los pecados del mundo, ah no ese es otro, este es el Cordero de Calderón que cuida la lana de los mexicanos, se le vio atento a los números. Dando confianza a los inversionistas. Gritando a voz firme que México aguantará la embestida del nerviosismo de los mercados mundiales y nos hará lo que el viento a Juárez.
Mientras el secretario que quiere ser presidente tiraba números como Pitágoras, o como el Tomas Ruiz González que todos llevamos dentro, cerca en esa mesa unos ojos le miraban con acuciosidad. Era Javier Duarte de Ochoa, gobernador de Veracruz.
Uno se preguntaba y qué hace allí nuestro góber. Pues na’, como diría un gallego, andaba allí porque el sucesor de Carstens, cuyo peso en oro es el tamaño de nuestras reservas nacionales, le invitó como gobernador del primer estado que pasa la báscula y el peso de la deuda.

EL AGUA AL CUELLO
Es de todos sabido que Veracruz se quedó con el agua al cuello, no por el canijo huracán Karl, sino porque el endeudamiento pesaba más que la piedra al Pípila, cuando realizó su hazaña.
Veracruz ha sido pionero en todo, en Conquista, por aquí entraron aquellos arriba de los caballos y con sus armaduras imperiales y las espadas relucientes.
Aquí también fue el refugio de Benito Juárez en su gobierno itinerante, cuando México se partía en dos y se definía el rumbo de la Nación. El día que se crearon las Leyes de Reforma que le dijo a la sagrada iglesia: “Ahí se ven”.
Aquí también encontró refugio Venustiano Carranza. Perseguido por los chacales golpistas, entre ellos Álvaro Obregón, que era manco pero malo. Y Plutarco, otro maloso.
Ha sido cuatro veces heroica, y una vez el zapato yanqui de los gringos atizó a una invasión, la última y se fueron.
Aquí mismo, en San Juan de Ulúa, los últimos españoles que se negaban a irse para siempre lo tuvieron que hacer a nado, so pena de pasarlos por la guillotina.
Aquí se hace el segundo mejor carnaval del mundo y tenemos mujer presidenta. También el Café de La Parroquia, mundialmente famoso.
Aquí también una vez, en tiempos que el país se nos deshacía de las manos, José López Portillo reunió a la República y dijo así, con inspirado acento. ‘En el Veracruz heroico, la República está reunida’, ya ven ustedes cómo eran esos priístas para tirar frases celebres.
También con Veracruz, el gobierno de Felipe Calderón y el Cordero que quiere ser presidente, abrieron la reestructuración de las deudas estatales. Había dos razones; Veracruz debe hasta la camisa, y Duarte ahora le cae bien al presidente, porque con el rojo de Cincinnati, le salían perrillas cada que lo veía.
Duarte les dio las gracias, pero por ahí les mandó un mensaje amoroso, les dijo que no ‘mammy blue’, que las entidades son ‘altamente dependientes del gobierno federal’. Traduzco: no se han podido destetar, porque el gobierno federal tiene los recursos y luego no suelta el dinero.
La reestructuración se va a largo plazo que no excederá los 20 años.

EN PEQUEÑOS ABONOS
Son abonos chiquitos, como los de Elektra.
El dinero servirá para que Tomás Ruiz deje de llorar.
Duarte asentía y de reojo miraba con recelo al secretario Cordero.
Aunque los banqueros son, como los describía Groucho Marx: los que prestan el paraguas cuando hay sol y te lo exigen cuando comienza a llover.
A un lado Javier tenía a su madrina consentida, la quiere más que a la Betty Paredes Pineda-Covalin y a la Maestra Gordillo, Georgina Kessel, directora de Banobras, la que va soltar la pasta para que en Veracruz las noches vuelvan a ser diluvios de estrellas, palmera y mujer, como cantaba Lara.
Georgina le decía al oído: “No te preocupes, Javier, podrán pagarlo”.
Javier hacía cuentas. El Abaco que tenía a la mano lo ejecutaba a mil por hora.
Por la Blackbeery pedía a Juan Manuel del Castillo le llamara al Arzobispo Hipólito Reyes Larios, pidiéndole tañeran las campanas de Catedral.
Un nuevo Veracruz se avizoraba.
Al cesto de la basura se iba aquella rola de ‘toma chocolate y paga lo que debes’.
Se podrá pagar. Para reanudar obra pública, tan necesaria.
Para que contratistas y proveedores dejen de llorar.
Banobras pondrá el dinero. Recursos frescos llegan.
Cordero les pide que cuiden la lana. No la gasten a lo inútil. Son recursos necesarios.
Se acabó el tiempo de recoger varas, según consigna popular, ahora vamos a encender los cuetes. Solo hay que tener cuidado de que no se prendan muchos y las chispas creen un incendio. O sea, gastarlo donde se debe. Nada de cuates ni de acomodaticios.
Esta es otra primavera, como dijo Neruda: ‘podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera’.
Bien por Duarte. Conocedor de los intrincados caminos de las deudas y bursatilizaciones y los demonios del dinero, Javier se sentó con la Kessel y se instala en las grandes ligas, como el primer bateador emergente que llega a ese estadio donde el dinero brilla y brilla, para batear de 300 para arriba, como Beto Ávila en sus buenos tiempos de Championbat.
Cuando el asunto terminó, cuentan que Javier, después de darle un abrazo al Cordero pascual de Hacienda, y a la Kessel, dijo como aquel cronista que narra los juegos de los Yankees de Nueva York, al momento que entra el relevo, el pitcher Mariano Rivera: “Apaga y vámonos”.
Tomó el avión y llegó a Veracruz. A dar una buena nueva, que había nacido un niño en un pesebre como en una aldea judía de Belén. El niño del dinero.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario