VISITA POSTERGADA Por: Gilberto Haaz Diez

Acertijos

*Dios nos envía los manjares y el dominio a los cocineros. Camelot.

VISITA POSTERGADA
 
9:30 de la mañana del tercer martes de enero. Obama se proclamó rey de la tierra, y del mundo. En Washington, hasta los mariachis tocaron, y Maná también. La nueva reina, Michele Obama, lució con vestidos de sastres perrones. Voy rumbo al DF, la ciudad de la nube gris. La de Mancera, que apenas se les descompuso en menos de un mes porque la delincuencia organizada o desorganizada volvió a aparecer tirando plomo y tumbando caña. Es la misma mañana que el gobernador Duarte recibe elogios de Kojac, Manuel Mondragón y Kalb, jerarca de la policía federal nacional. En el Lencero, allí donde mi general Santa Ana fincó su feudo particular, Duarte escuchó los elogios a su trabajo en esa área tan complicada, tan difícil, tan sin embargo. Bermúdez sonreía, Amadeo por igual. Tienen ahora los cuerpos policiacos veracruzanos palomita de bien portados. Cuando en la antigüedad todo eran sospechas. Nace el bebé de Shakira, dejarán libre al General Duharde y la francesa Cassez parece que se va a respirar otros aires sarkozianos, en Campos Elíseos de París. Los testigos protegidos se van a la burguer, según Murillo Karam, un hombre serio, de leyes y mano firme. También dejarán de ventanear a los delincuentes apresados para que, como lo hacían en la antigüedad calderonista, sonreían con un cinismo que rayaba en el valemadrismo. Eso oigo en la radio mientras trepo la cumbre fría. Ahora no hay heladas, algunas otras veces el prado amanece con hielo en esta zona alta de las grandes montañas. El Volcán no se ve, lo cubre un manto de nubes. Pero ya tiene nieve en su copo. El termómetro del auto oscila, hay zonas donde está a 12 grados, otras a 7 y la más baja que encontré, y no fue en Río Frío, fue de 4 grados. Calaba el frío.
 
LA RUTA
 
Me enruto como piloto de la NASA. Trepamos la cumbre y avistamos Chalco, aquel pueblo que fue invento del presidente Salinas y que, con la venta de Mexicana en aquellos años, 700 millones de pesos, todo ese dinero lo utilizó en llevarles energía eléctrica, porque se colgaban de las líneas como changos. Aquello parecía tendedero, nadie pagaba la luz y cuando los trabajadores iban a querer cortarla, huían por piernas so riesgo de ser linchados. Entro Viaducto, me desvío hacia Reforma y llego al Ángel de la Independencia, rumbo a Rio Panuco 127. Voy en busca de un amigo a comer. Habíamos quedado la semana pasada de hacerlo, pero el mal tiempo en la cumbre me impidió ir. Ahora lo hago. En Reforma veo la Estela de Luz de Calderón, que el poeta Javier Sicilia quiere sea el Memorial a los sacrificados por la delincuencia, a todos, incluido por lógica su hijo, muerte dolorosa. Muertes inútiles. Aunque no creo que haya muertes útiles. Atrasito la otra, la del dictador de Azerbayán, una que el carnal Marcelo aceptó por sesenta y tantos millones de pesos. El jefe de la tribu, Cuauhtémoc Cárdenas, ya dio la orden, que la remuevan: ‘quiten a ese mono’, dijo con su cara de yo no fui, y pues el mono no tarda y se va. Allí está impertérrito el killer de gente inocente, una burrada que cometieron las autoridades defeñas, como si anduvieran tan urgidas de dinero. Si necesitan derribarla como la de Hussein en Irak, en Veracruz tenemos dos buenos para eso: Salvador Manzur, alcalde de Boca, y Adolfo Mota, secretario de Educación, alguna vez tiraron la de Fox al grito de: lázalo, lázalo que se te va.
 
EN RIO PANUCO
 
Llego a Rio Pánuco 127. Es la oficina del exgobernador Fidel Herrera Beltrán. Allí alguna vez se llamó el Triangulo de las Bermudas, no crean que porque desaparecían barcos, no, en ese triangulo convergieron tres picudos políticos veracruzanos: Fernando Gutiérrez Barrios, en Rio Tiber, Ignacio Morales Lechuga, en Rio Sena, sede de su Notaría, y Fidel en Pánuco. De allí a llamarle el Triangulo de las Bermudas. Dos de ellos fueron gobernadores de Veracruz, el otro pisó la tercera base como candidato pero no llegó. Perdió con Alemán, el exgobernador de las estrellas. En sus modestas oficinas, pulcras pero no de gran lujo, se enmarcan cuadros con fotos de su caminar en la política. Toda una dinosáurica carrera. Hay una muy cariñosa con Javier Duarte, una boda reciente. Abrazados y sonriendo. Posando para el fotógrafo. Llegué y un ujier me llevó al sitio donde comeríamos. Tenía cita con algunas personas y dijo de invitarme. Nos vimos y nos saludamos. Su rostro registra aún el maltrato de las operaciones bucales, esas que olvidó atenderse por andar del tingo al tango en la política y ahora, que dejó de ser gobernador, comenzó a atenderse. A pocas cuadras avistamos el restaurante, en Polanco.
 
LA COMIDA MEDITERRANEA
 
Entramos. Ya le esperaban los que le invitaban. Gente norteña, gente sincera, con su muy hablar peculiar, con su sonsonete del ‘norti’. Raymundo Flores Elizondo, alcalde de Apodaca. Heliodoro González Treviño, alcalde de Salinas Victoria, Gildardo Tijerina, diputado local, todos de Nuevo León. Pura gente buena. Éramos ocho en una mesa no de cantina. Al darnos la carta intuí que era un restaurante de ‘degustaciones’. Como uno que una vez conocí en París (presumo), el ‘Michel Rostang’ de la Rue Rennequin, esquina de la Rue Gustav Flaubert. Este se llama ‘Acquarello’ (Cucina del Sole), en Masaryk 298. Polanco. Primero llegó el cheff, en un italiano afrancesado cruzado de alemán, se presentó. Mario Gamba era su nombre, tenía mas nombre de brasileño de la selección de futbol que otra cosa. Es el dueño. Trabaja de rico. Tiene la matriz restaurantera en Múnich, y solo una sucursal, la de Polanco. Alta cocina mediterránea, dice su slogan. Digo, a mi no me apantallan porque he estado en los mas picudos del mundo y solo me falta el Bully de Ferrán Adriá, el número uno del mundo que está en Barcelona, pero este güey lo cierra seis meses y casi por lo regular cuando voy está cerrado. Pero, a cambio de eso he comido también lo mejor de lo nuestro: las garnachitas de Rinconada; los tamales de elote de Tierra Blanca de doña Esther; el Chamorrito de doña Lupita, frente al Lois en Veracruz; las enfrijoladas del Orbe; los mariscos de la Bendición y las enchiladas verdes de El Manantial de Cardel. Sin dejar los quesos y las cremas de El Retorno, camino a Orizaba, en la cara y mala autopista de Capufe.  O sea, nadie puede presumirme con su cocina mediterránea.
El Eclesiastes señala que ‘todo hombre debe comer, beber y disfrutar del fruto de su trabajo: es el don de Dios’. Eso hicimos. Luego, como Fox: comimos y nos fuimos, y mi regreso fue friolento en la Cumbre. Historia para otro día.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com