Acertijos
*De Voltaire: Cuando se trata de dinero todos son de la misma religión.
LAS PREMONICIONES
Es un año que comienza haciéndole al Walter Mercado que todos llevamos dentro. Futurear, verbo que se perfila en este 2013 que inicia. Los sagitarios, capricornios y Aries, y todos los demás, harán suya sus predicciones.
Una frase pedía un cibernauta de Facebook: “Dios mío, por favor, mándales dinero a los que me deben a ver si me pagan”. Cada quien reza cómo puede o se auxilia en lo que necesita. Los propósitos son los propósitos, dice Kamalucas, un filósofo de mi pueblo, a quien vi en una foto de comida del club de ‘Los pájaros caídos’, que apenas fueron al pueblo, Tierra Blanca (yo no pude ir, pero el año que entra me les pego), rememoraron sus años de juventud y echaron una cascarita de basquetbol, nada pasó, pero hubieran previsto tener una ambulancia de la Cruz Roja al lado, por lo que pudiera ofrecerse.
Como es año 2013, muchos le huirán al 13. O se le acercarán. Unos dicen que los años nones son para los dones. Pero el 13 suele ser un número, dependiendo la óptica cómo se mire, de buena o mala suerte. En los aviones la fila 13 no existe. La han quitado, y en algunos hoteles los elevadores brincan del piso 12 al 14. Voy con Raúl del Pozo: “Franklin D. Roosevelt tenía más miedo al 13 que a Stalin y la triscaidecafobia, o miedo irracional al 13, el número de Judas, viene desde muy lejos, desde un día 13 del 1307 cuando a los templarios les cortaron la cabeza acusándoles de estafadores y sodomitas”.
LOS DOS RICOS
En torno de una mesa de cantina, cinco contertulios hablaban de la vida, de lo que les espera para 2013. De lo que quieren y de lo que ven lejano. De lo que no se les dará, aunque lo imploren. Uno de ellos, por ejemplo, pedía ser el candidato a la alcaldía de un pueblo veracruzano, porque será de 4 años y 4 años en las nóminas es algo que ni la tarjeta Master Card puede comprar. Y decía que iría en manda a ver a Javier Duarte, porque allí, piensa, el PRI puede ganar. Así estaban, entre libaciones y grandes recuerdos, que esto y que lo otro, salud. De repente en la tele vieron la noticia.
El locutor que suple a López Dóriga hablaba de los dos ricos con paralelismos. “Quiero ser como esos dos”, gritó uno ya medio happy.
El locutor hablaba de los paralelismos entre Carlos Slim Helú y Amancio Ortega.
Uno de México, el más rico del mundo, el otro de España, provinciano. Tercero en la lista. Los dos con méritos, pero el de Amancio muy propio, porque su fortuna la hizo con trapos, nada de que el gobierno le dio la Telefónica, como se la dio a Slim, que con lo que facturaba cada mes iba abonándole al gobierno de Salinas los documentos.
Un regalo.
AMANCIO
Amancio Ortega tiene más historia de lucha empresarial. Comenzó como empleado de mostrador, al parecer con un tío, y pronto del mostrador pasó a ser el dueño del imperio de Zara, y de Bershka y de quién sabe cuántas cosas más.
De Cero a Zara, titulan a este emperador que democratizó la moda.
Bajo el paraguas de Inditex se resguardan 8 empresas: Zara, Bershka, Stradivarius, Pull & Bear, Massimo Dutti, Kiddy’s Class, Oysho y Zara Home. La primera de ellas, Zara, es, sin duda, la más conocida y la bandera que le permite al grupo textil desembarcar en nuevos mercados. Es el más rico de España y el tercero del mundo, este año aumentó sus ingresos en un 66% contra solo el 21% de Slim.
La fortuna de Amancio Ortega Gaona (León, 28 de marzo de 1936) creció el año pasado en 22.200 millones de dólares (unos 16.818 millones de euros), hasta los 57.500 millones.
Y es un tipo genial. En sus inicios, cuando su fortuna comenzaba a llamar la atención, Amancio, gallego leonés, que en su pueblo suele echarse su café con sus cuates en las tardes, le llegó un ujier a decirle que el Rey Juan Carlos quería conocerle, y le invitaba a cenar al Palacio de la Zarzuela. “Coño, que hueva tener que ponerse traje”, exclamó.
Se resistía, hasta que se convenció de tener que ir y medio inclinarse ante su Rey. El de España. El de todas las autonomías.
Otra. Cierta vez lo buscaba un reportero del afamado periódico The New York Times, quería una entrevista con este hombre que se negaba a ser retratado y a aparecer en El Hola, y también la negó.
“Haz lo que quieras, porque yo no te puedo prohibir que escribas. Me fío de ti. Sólo una cosa: No cuentes sólo lo bueno ni digas que esta empresa la he hecho yo. Somos ochenta mil personas, a las que hay que sumar todas las que han trabajado en la empresa y ya no están”.
Ése fue el punto de partida del libro “Así es Amancio Ortega, el hombre que creó Zara” (La esfera de los libros, 2008), la primera biografía autorizada del empresario que ha visto la luz y que tanto se esperaba desde hacía mucho tiempo.
El Henry Ford de la moda, le llamó el embajador americano en España, y no es por nada, pero la que un día será Reyna de Inglaterra, la bella Kate Middleton, conocida como Catalina de Cambridge, inglesa de la realeza, compra todos sus trapos en Zara.
La tienda de la Quinta Avenida de Nueva York es perrona. Hay en Moscú y en Veracruz en Plaza Américas, de las 2 mil que tiene este emperador de la moda, con más mérito que Slim, porque a éste hombre no le concesionaron nada, ni los suspiros.
Comentarios:haazgilberto@hotmail.com
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