LOS SINDICATOS Por: Gilberto Haaz Diez

Acertijos

*El mundo no se mueve únicamente por los poderosos empellones de los héroes, sino también por la suma de los pequeños empujones de cada trabajador honesto. Camelot.

LOS SINDICATOS

El gobernador Duarte llegó a esta zona de las altas montañas. Mañana no muy friolenta. Sin lluvia ni chipi-chipi. Muy de la región. El Volcán Pico de Orizaba aún no despunta en magnitud en su copo de nieve. Pero ya vendrá. Era la celebración del 7 de enero en Rio Blanco, con un sindicalismo que languidece. Sitio y fecha por lo regular de protestas y de pedir ayuda porque los viejos trabajadores rematan lo poco o mucho que les queda de propiedades adquiridas en los tiempos gloriosos, y quieren que las dirigencias las rematen como venta de garaje para que ese dinero, que les pertenece, vaya a sus familias. Uno camina rumbo a esa zona y pasa por el imponente edificio del SOAICC, el de los trabajadores cerveceros. El que de 4 pisos en su tiempo era una mole impresionante, el mejor de la ciudad y la región, con elevador grande, cuando el dirigente cervecero, Daniel Sierra Rivera, creaba un emporio en lo político, en lo sindical y hasta en los asuntos personales. Como en la película de El Padrino, cuando en la fiesta de la boda de la hija de don Corleone, un vecino va y le pide ayuda porque su hija era golpeada por marido insolente, una zapatería a ese golpeador puso las cosas en su lugar. Con don Daniel ocurría lo mismo. Le veían hasta para los divorcios. No solo los vientos soplaban a ese sindicato, allí había que ir a persignarse y recoger el visto bueno y la bendición si se quería ser candidato a diputado o a alcalde o regidor o hasta velador de cuadra. No había hoja que se moviera sin su permiso. Y no fue gente que se enriqueció, como aseguraban muchos, no vivía mal pero nada comparado a los Romero Deschamps de ahora. 5 mil trabajadores en aquel tiempo, hoy quizá 700.
Era un emporio que hoy languidece. Da pena verlo todo sucio, deteriorado, me dicen que el elevador hace años no funciona, y muchos opinan que podría venderse al gobierno federal para que allí el IMSS logre aglutinar a todas las oficinas administrativas. Han ido de más a menos, el Ayuntamiento de Orizaba les tomó en comodato o alquiler el otrora grandioso Cinema Orizaba, uno que albergaba a 4 mil asistentes. Gigante. Ahora es foro de no sé qué. Para eventos. Tenía además un excelente restaurante, allí se comían las mejores enfrijoladas del mundo; una imprenta y uno de carnes al fondo. Ignoro si todavía mantienen una sala de trofeos que los viejos dirigentes lucían con orgullo.

DUARTE Y NAVARRETE

A Rio Blanco llegó el gobernador Javier Duarte  de Ochoa y Alfonso Navarrete Prida (13 de octubre de 1963) exprocurador del Edomex y exdiputado federal, que se estrena como secretario de Trabajo de Peña Nieto, su paisano (Peña Nieto acomodó en el Gabinete a 32 de sus paisanos, gacho, y solo a un veracruzano), el diputado Juan Bueno Torio y el senador Yunes, Héctor. No vino Pepe, tenía chamba con Videgaray. Analizan lo del préstamo de mil 500 millones de dólares a crédito blando, como los de Elektra, en abonos chiquitos. Los viejos dirigentes sindicales, que entre tres suman más de 300 años, aunque se debe respetar la edad porque de viejo Rubinstein tocó a Chopin a los 91 años como nadie, y a viejo hay que querer y saber llegar, y de viejo Moisés subió al monte a recibir las Tablas de los Diez Mandamientos. El hijo de Johny, Marco Antonio Aguilar Yunes (pariente lejano), que ve despedirse en esa función porque los vientos priístas y quien manda y paga lo quieren como candidato a alcalde de Córdoba, donde hará dupla con el recién matrimoniado, Juan Manuel del Castillo, a la diputación local. Pues ahora hubo pocos sombrerazos. Se ponía orden. Los alcaldes de la región, Córdoba y Orizaba, atestiguaban, el de Rio Blanco, Miguel Martínez Martínez, panista, era el anfitrión. Apapachaba al gobernador y agradecía con sonrisa porque el mismo góber le dio la lana del dos por ciento a la nómina para que el bulevar de Rio Blanco se pavimentara con cemento del tramo del arco de Orizaba al entronque a la autopista.  Obra de 900 metros de 2 mil 400. Esa mañana la recorrí. Perrona. También el gobernador de Veracruz puso el banderazo a la otra, un Paso Superior, un puente que dejará las vías por debajo a la salida rumbo a la autopista que va a Puebla. Obra federal de la SCT toda aprobada y con la lana en la mano, importante arteria que evitará el peligro de atravesar las vías del ferrocarril,  las trabes lucen imponentes. Mas ahora se le dará celeridad que un amigo de Veracruz (así presume él mismo) ocupa la presidencia de México, Peña Nieto.

LA DE ORIZABA

A Orizaba le falta la otra, la de su entrada, la del panteón Juan de la Luz Enríquez, donde el tren peligrosamente recorre sus vías aunque el tren siempre pasa primero, que en el Imperio pasado fue aprobada y todos pensábamos que en el Emirato se terminaría, pero ni sus luces, ni siquiera se comenzó. Y es importante hacerla, pese a los sombrerazos y gritos de algunos vecinos. Ese puente ha estado aprobado desde los tiempos del gobernador de las estrellas, Miguel Alemán Velazco, pero un día de un sexenio pasado en una reunión con el alcalde panista, Ángel Escudero Stadelmann, llegaron los gritos y los sombrerazos de vecinos y Montano (Alejandro) y Serrano (Porfirio) se espantaron y dieron marcha atrás (gachos) a esa obra importante. Como lo fue tiempo después la plazoleta de la iglesia de Santa Gertrudis, que un puñado pequeño se oponía y hoy luce impresionante y bendecida por la mano del hombre, es decir, los albañiles que allí laboraron, y el Obispo que la bendijo.

AL FINAL

La guardia de honor, los discursos, los aplausos, las proclamas de la Federación de que Peña Nieto atiende al trabajo, y a su economía informal habrá que desterrarla para que todos los trabajadores despunten con la seguridad social al lado. Mientras, en otro lado el Congreso daba paso a la Reforma Educativa y Chikinando (Fernando Yunes), en Córdoba, libraba batallas en contra de gente que le fue a hacer un pancho de su tamaño, medio chico, pero esas son otras historias.
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