*Asume Estado rectoría agraria
*Habrá legalidad y justicia: Peña

Enrique Peña Nieto
Ante media docena de gobernadores, la mayoría de ella priísta, el Ejecutivo Federal dijo que el propósito es proteger el valor real de la tierra, frenar la especulación con ella, convertir al territorio nacional en base de la planeación nacional y acercar la producción al consumo de las ciudades.
En esa ceremonia, organizada por la Confederación Nacional Campesina en el World Trade Center de Boca del Río -lo que motivó críticas de los dirigentes de las demás organizaciones de campesinos de que se haya dado preferencia a esa central priísta- Peña Nieto se comprometió a que en los próximos años, el campo mexicano tenga un nuevo rostro, que se aleje del que ancestralmente ha tenido de pobreza, marginación y falta de oportunidades ya que la mejor manera de celebrar la promulgación de la Ley Agraria suscrita por el presidente Venustiano Carranza y el mejor tributo que se le pueda rendir a Emiliano Zapata es trabajar para abrir oportunidades de bienestar y progreso a los hombres y mujeres del campo.
Hacía 12 años que un Presidente de la República no asistía a ese acto agrario, al cual tanto Fox como Calderón ignoraron durante su mandato, igual que ignoraron las necesidades del campo y de los campesinos y de la canalización de recursos suficientes para impulsar la producción. Habría que recordar que los dos anteriores sexenios, en la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación, las propuestas iniciales de ambos mandatarios panistas fueron modificadas por los diputados para reasignarle partidas.
Fueron reiteradas las críticas y cuestionamientos de los dirigentes de las principales centrales campesinas, tanto del PRI como de la oposición, a los gobiernos del PAN que jamás se preocuparon por atender las necesidades del campo mexicano ni mucho menos de propiciarle los fondos que requerían para impulsar la producción.

Javier Duarte de Ochoa
De muchos años atrás, ha quedado claro que más que discursos, mensajes y buenos deseos de los Presidentes en turno –excepción hecha de los panistas que llegaron a Los Pinos, que ni a eso llegaron siquiera- lo que el campo en México demanda con urgencia es ayuda, recursos económicos, tecnología moderna y voluntad para hacerlo que produzca, por lo que se espera que el Ejecutivo Federal cumpla con lo que ofreció ayer en Boca del Río.
Y es que todo lo que sus antecesores priístas prometieron al campo, incluidas aquellas lágrimas del extinto José López Portillo en la tribuna del Congreso de la Unión, no sólo se incumplieron sino que cuanto programa emprendieran, como el Sistema Alimentario Mexicano que aquel puso en marcha, fueron un fracaso.
Es tiempo, ya, de que al campo y a quienes viven en él, pero no de él, se le brinde la atención que por años han esperado hacer efectiva la bandera zapatista de que la tierra es de quien la trabaja y no de quienes, como lo hemos visto, se apoderan de ella, especulan y enriquecen impunemente.
Si el Estado reasume la rectoría en materia agraria, como lo dijo ayer Peña Nieto, y hay orden, legalidad y justicia, en el campo, su rostro puede cambiar: todo está en que de las palabras se pase a los hechos.
De esto y de aquello…
Desde hace 37 días, Enrique Peña Nieto gobierna México, pero la violencia sigue como iba el sexenio pasado, con baños de sangre en varios estados, sin que las fuerzas de “seguridad” sean capaces de frenar una y otros… Sinaloa, Jalisco, Coahuila, Morelos, Chihuahua, Michoacán y Guerrero, se mantienen en la lista entre los que a diario se registran ejecuciones y enfrentamientos lo mismo entre sicarios de los cárteles de la droga que se disputan esas “plazas”, que con soldados, marinos y policías federales… Miles de efectivos del Ejército y de la Armada de México, asi como de elementos de la Policía Federal se mantienen en operativos en esas y otras entidades federativas, pero la violencia parece no tener fin… Era sabido, y esperado, que el cambio de gobierno no significaría que la violencia desatada por el crimen organizado y el narcotráfico, cesará o, al menos, disminuyera… Un comando armado que irrumpió en dos bares de Torreón, dio muerte a por lo menos nueve personas y dejó heridas a otras más… En municipios de Sinaloa y en otros limítrofes entre Jalisco y Michoacán, fueron convertidos en campos de batalla de sicarios… En Morelos, apenas cuatro días después de haber asumido el cargo de director de la Policía Municipal de Amacuzac, Justo Buenaventura Jaimes Villarreal, fue ejecutado junto con uno de sus escoltas por hombres armados… Y en Chihuahua, tres familiares del presidente municipal de Balleza, Ramón Jurado, fueron asesinados a golpes… Esos sangrientos saldos se han venido registrando desde las últimas semana de diciembre y continuaron en la primera de este mes, lo que además de temor, origina reclamos de los habitantes de esos estados en los que siguen las masacres, igual que en el sexenio pasado… Mucho tendrá que hacer el nuevo jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Angel Mancera, para enfrentar y resolver los problemas que le heredó su antecesor y que no se circunscriben a los actos vandálicos del 1 de diciembre… Tampoco a la reforma al Código Penal por parte de los asambleistas capitalinos para que quienes cometan desmanes en la ciudad de México, sigan haciendo lo que les plazca, sin riesgo de ser castigados…

Pedro Ojeda Paullada
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