México sin pobres y las mentiras del PAN

Por Héctor Yunes Landa

Diversos organismos internacionales consideran que el 47% de los mexicanos vive en pobreza de algún tipo, es decir que cerca de la mitad de los mexicanos sufren de marginación traducida en inaccesibilidad a los servicios básicos de vivienda y salud. En conclusión, la pobreza es un rasgo característico de millones de mexicanos que va de la mano con el atraso cultural y la violencia.

En un país en el cual la población más necesitada no puede tener siquiera una alimentación básica, en el que el desempleo es un problema grave y son muchas las carencias de la mayoría, el Secretario de Hacienda, conocedor de las finanzas y cifras nacionales, displicentemente afirma que México no es un país pobre, sino de renta media.

En una desafortunada declaración, Ernesto Cordero se olvida de los más de 50 millones de mexicanos que diariamente despiertan pensando en un mundo de deudas y carencias. El Secretario de Hacienda habla y nos alecciona. La administración federal actual no duda ni un momento en declarar ante la comunidad internacional que las cosas van de maravilla, dando números positivos y excelentes noticias para el futuro del país, sin querer reconocer la realidad que contrasta fuertemente con sus declaraciones absurdamente triunfalistas.

Posteriormente, ante la ola de críticas recibidas, Cordero corrige vía Twitter y declara que sí, que hay pobreza y que falta mucho por hacer. Y, entonces, aquí no ha pasado nada. Sin embargo, sucesos como éste hacen reflexionar profundamente sobre el oficio de gobernar en México y la alarmante indiferencia con que algunos políticos tratan temas tan serios como la pobreza. Sin duda las declaraciones del Secretario de Hacienda tienen como motivo su reciente destape para la contienda presidencial de 2012, en un ánimo de proselitismo que más que ayudarlo, lo perjudicó. Lo que queda claro es que a las cifras, a la realidad y a la gente, se les da mínima importancia cuando se tiene en la mira como objetivo el poder. Parece que lo único que importa es posicionarse, avanzar, crecer en las gráficas, ser el centro de atención de los medios, declarar exaltaciones y finalmente obtener constancia de mayoría. Lo demás, lo fundamental, no importa.

De la misma manera el gobierno federal supone que declarando datos optimistas las cosas van a mejorar, que se puede eliminar la pobreza por decreto, tal y como el cineasta mexicano Luis Estrada retrata picantemente en su película Un mundo maravilloso, en el que los pobres desaparecerán pero porque lo harán realmente, siendo confinados fuera del alcance de la vista.

No es posible que el ejercicio de la administración se vuelva en una exhibición de simple retórica, en el que lo importante es convencer a la opinión, antes que resolver realmente los problemas que nos aquejan. México necesita una nueva política, en la que el servidor público sea realmente eso: alguien que sirva al pueblo; que los cargos sean conferidos a quien los ejerza para el bien común y no únicamente para el beneficio propio. El Gobierno requiere urgentemente de una gran alianza con todas las fuerzas políticas y, sobre todo, con la sociedad. Pero esto no se va a lograr con mentiras ni simulaciones.

México sí es un gran país, con gente maravillosa y única en el mundo, con paisajes envidiables, con recursos naturales al alcance de la mano; pero México es también un país con mucha pobreza y deficiencias, asolado por la violencia y la impunidad. Tenemos amplias oportunidades para alcanzar un verdadero desarrollo, pero éstas se ven anuladas casi siempre por la falta de auténtico compromiso de quienes, como dice Denisse Dresser, mandan en este país.

La mayoría son políticos que han desprestigiado la política, pero también hay en todas las áreas del poder público y privado quienes viven en México pero no se sienten realmente mexicanos; por ello tienen su residencia, sus fortunas, sus familias y su pertenencia, en Estados Unidos, España o alguna de estas naciones, a donde sienten pertenecer. Resulta dramático que cuando México solicita un préstamo éste sea otorgado con el dinero de los propios empresarios mexicanos que lo tienen en depósitos en el extranjero.

Si no hacemos un esfuerzo conjunto todos, gobiernos, partidos, empresarios, iglesias, medios de comunicación y todos los que participamos en la vida púbica de México, será muy difícil transitar hacia un auténtico desarrollo. Un gran acuerdo nacional que involucre a todos, pero sustentado en la verdad y en el consenso político.

Pero, por lo que se ve, la divisa del PAN, acuñada por Vicente Fox, sigue siendo: “Gobernar es Comunicar” y Ernesto Cordero, candidato de Calderón, la usa con descaro y sin recato para llegar a ser candidato.