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| La pereza del delegado de Tránsito municipal ya contagió a los elementos, pues ahora prefieren que sean los ciudadanos los que pinten las calles y los topes. |
Paso del Macho, Veracruz.- El cinismo y descaro del delegado de Tránsito de Paso del Macho, Ricardo Yahir Grajeda ha crecido cada vez más. Su labor al frente de la corporación ha dejado mucho que desear.
Además de su desidia por aplicar programas de balizamiento, se adorna con sombrero ajeno.
En la carretera estatal de Paso del Macho-Córdoba, en el tramo de La Ermita hay personas que pintan el asfalto y botean para que les den unos pesos y los lleven a sus hogares, para alimentar a sus familias, trabajos que le corresponden a Tránsito.
En Atoyac, en varios puntos sobre el asfalto, hay dos personas enfundados con un chaleco en color naranja que pinta las rayas diagonales en los topes, la razón es que también quieren recibir unos pesos por el favor que hacen a los automovilistas de que avisten los reductores de velocidad.
Estos, estiran los botes a los conductores, algunos se detienen otros los evaden. Tal y como lo hacen los agentes de Tránsito, que se pasean como si nada, haciéndolos a un lado. Cuando son ellos, los que deben hacer ese trabajo.
Pues tal parece que este puesto, al flamante delegado vial Ricardo Yahir Grajeda le ha quedado grande y sólo llegó a vivir en sus laureles.
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