ARTICULISTA INVITADO
El bienestar de la
población, el desarrollo de un pueblo, un país con mejor calidad de vida y una
democracia fortalecida puede darse en la medida que exista un sistema educativo
capaz de preparar a los ciudadanos con calidad técnica y humana para ejercer
plenamente sus derechos y cumplir a cabalidad sus obligaciones.
Durante muchas décadas hemos
escuchado sobre la importancia de invertir más en educación, de vigorizar la
educación pública para hacerla competitiva, universal, integral y de alta
calidad. Hoy, con satisfacción vemos que el Presidente Peña Nieto está coordinando
los esfuerzos para hacer esto realidad, por encima de intereses partidistas o
de grupos.
En días pasados, el Senado de la
República aprobó las modificaciones que la Cámara de Diputados realizó a la Ley
General de Educación, que tienen que ver con las directrices a seguir, por
parte del Estado, para brindar una educación de calidad en el país. En ese
tenor, se avaló la prohibición de cuotas que
condicionen los servicios educativos, la inclusión de escuelas de tiempo
completo, con jornadas de entre seis y ocho horas, autonomía de gestión escolar
y la alimentación balanceada de los alumnos.
Otro elemento a resaltar en
la ruta del mejoramiento educativo, es la creación del Sistema de Información y
Gestión Informativa el cual permitirá conocer, planear y mejorar el Sistema
Educativo Nacional.
Por otra parte, estos
últimos días conocimos el desafortunado proceder de aquellas voces disidentes a
los esfuerzos de modernizar y mejorar la educación en México, voces
minoritarias ante la gran mayoría de mexicanos que deseamos y exigimos calidad
en la educación. Sin duda un tema polémico para algunos, resulta la aprobación,
aún pendiente, de la Ley de Servicio Profesional Docente que permitirá establecer
los medios para reconocer el esfuerzo de los docentes, regular los
procedimientos para su ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia
mediante evaluaciones objetivas y transparentes, que además consideraría el
entorno en el que cada docente se desempeña.
Desde luego, para hacer
posible la constante superación y actualización de los docentes, las
autoridades educativas implementarán a la par programas y cursos de formación
continua como repuesta a las necesidades detectadas en la evaluación aplicada. Para
ello, se aprobó la reforma al Instituto Nacional para la Evaluación de la
Educación con carácter de organismo público autónomo, otorgándole facultades
para emitir los lineamientos a los que deberán sujetarse las autoridades a fin
de realizar las funciones de evaluación y que los resultados obtenidos sirvan
para mejorar las condiciones educativas en todo momento.
Lo cierto es que todos estos
esfuerzos y cambios en materia educativa necesitan ir acompañados con un
rediseño y actualización del financiamiento público a la educación. Por eso, mi
compromiso como Senador de la República es continuar haciendo lo necesario para
el desarrollo del país y elevar la calidad de vida, de ahí la importancia de
contar con un sistema educativo acorde a lo que México requiere.
www.facebook.com/HectorYunes
hector.yunes@senado.gob.mx
Tw: @HectorYunes
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