*Lo dijo María Amparo Cassar: “Está peor el gobierno que la CNTE”. Camelot.
ALUMBRAMIENTO SORPRESIVO
Cuando menos lo esperaban, cuando la mayoría hacia apuestas de que vendría un porfiriato, porque un candidato, el más viable y acomodado, se llama Porfirio, de repente, como en elección papal en la romana Capilla Sixtina, donde unos 115 cardenales que no son de San Luis ni juegan beisbol, solo forman su novena para elegir Papa; en Xalapa 8 conspicuos integrantes de la Junta de Gobierno dieron luz verde y exhibieron en esa chimenea de la Capilla de Lomas del Estadio, el humo blanco que anunciaba un triunfo total; después de tantos dimes y diretes y sorpresas y descartes, como el de Víctor Arredondo Álvarez, que una vez lo fue (Rector) y quería serlo de nuevo, para corroborar aquello que una vez dijo el presidente Truman, en referencia a la Casa Blanca: “¿Qué tiene este sitio que todos quieren entrar a él?. Víctor quería pero se llegó a una conclusión que le faltaba un voto, el más duro, el más efectivo, el que ustedes se imaginan, entonces optó por salir por piernas. Cuentan sus allegados, que Arredondo se fue entonando la canción de Emanuel, aquella que dice: ‘Todo se derrumbó, dentro de mí, dentro de mí’. Vaya usted a saber. Lo que si fue un hecho es que, estando fuera de la pelea, a los cinco que quedaron, como la canción de los perritos, se les movió su corazoncito. Los cinco eran: Dr. Porfirio Carrillo Castilla. Dr. Manlio Fabio Casarín León. Dra. Sara Deifilia Ladrón de Guevara González. Dr. Francisco Marcelo Monfort Guillén. Mtra. Leticia Rodríguez Audirac. Los doctorados deben ser de otra cosa, derecho, letras muertas, espiritismo, no crean ustedes que la UV necesitaba médico. Y quien es egresado de la UV, si no le entra a un doctorado está out, como en el beisbol.
HUMO BLANCO
La Junta de Gobierno votó y qué creen, eligió a una mujer. Sara Deifilia Ladrón de Guevara. De septiembre de 2013 a agosto de 2017, esta mujer será rectora, un honor para la primera mujer en serlo. Académica, antropóloga, muchos apuestan a que dará una sacudida a esa casa de estudios. Los misóginos lloraron. La primera mujer que llega como Rectora de una institución de mucho prestigio. Para alentar a aquellas mujeres que buscan cargos de relevancia. Una de ellas me dijo -ayer cuando supo de que la Dra. Sara Deifilia Ladrón de Guevara, llegaba a rectoría-, que si una mujer alcanzó ese pináculo del saber, la gubernatura de Veracruz ya estaba lista para otra mujer, a la mano. Y repasé los nombres de quiénes pueden ser: Carolina Gudiño Corro, alcaldesa. Ana Guadalupe Ingram Vallines (se le conoce en el argot político como Anilú Ingram, diputada electa), Noemí Guzmán Lagunes, Protección Civil, Ainara Rementeria Coello, diputada, ahora más famosa que su papá, el exalcalde y exsecretario de Salud y aspirante a delegado del IMSS en Orizaba, donde una vez se le pasmó y ahora, al parecer, con el perdón del DF después del ‘tonichazo’, ya le han levantado el castigo y parece Jon protestará en esta delegación que ha estado en buenas manos, la del médico Efrén Samuel Orrico. Hay muchos nombres, un garganta profunda de Xalapa me envió una larga lista. La extracto: Zita Pazzi, Elena Zamorano Aguirre, con todo y Manolete de damo de compañía, Daniela Nadal Riquelme, excompañera y suplente de Javier en la Legislatura federal, y hay veces, contra aquel pronóstico de no ser suplente ni de Dios, que ser suplente de un grande tiene su recompensa.
En el PAN hay pocas, la orizabeña María del Carmen Escudero Fabre, la Pontón Villa, diputada local, y la que le ganó a Yunes por corrimiento, como en la UV, Ana Cristina Ledezma López, que me quiere gobernar y yo le sigo la corriente.
AQUEL TEMBLOR 40 AÑOS
Eran las 3 y pico de la madrugada cuando comenzó un bamboleo. Un ruido que despertó a todos. Todos dormíamos. Los que vivimos aquella madrugada que llegó el temblor, un 28 de agosto de 1973, sentimos que el ruido ensordecedor era de una bufalada que arrasaba todo, trepidatorio marcaron los sismógrafos. No había tanta información como ahora. Cuando comenzó a amanecer, nos dimos cuenta de la tragedia, de la magnitud de ese temblor de 7.3 grados, de su tamaño. Nadie pegamos el ojo de nuevo. El epicentro fue en Ciudad Serdán, hubo muertes dolorosas. La ciudad se aisló. Las comunicaciones, por lógica, se suspendieron, tampoco teníamos lo que hoy tenemos, celulares ni redes sociales, solamente los teléfonos fijos, caseros. La Radio fue el enlace de comunicación. Afuera, en México y en ciudades americanas, las primeras noticias que llegaban eran que Orizaba había desaparecido del mapa. No era cierto, pero la destrucción de iglesias y de casas habitación eran tremendas. La de la Packard, edificio simbólico, escuelas, iglesias, hospitales. Un día después, lo recuerdo, llegó el presidente Echeverría. Como un huracán entró por Ciudad Mendoza, fiel a su costumbre apabullaba al Estado Mayor Presidencial, quienes le pedían no entrara a esa iglesia que amenazaba derrumbarse. Le valía gorro. Entraba porque entraba, como Atila con fuerza presidencial. No solo vino a traer ayuda económica, en su populismo arrollador, el presidente de México apapachaba a deudos de familias fallecidas. Los abrazaba. Les brindaba ayuda. Las cúpulas de las iglesias no resistieron el bamboleo. Las escenas eran de muerte. Quien esto escribe cubría en la radio XEOV, estación local, los pormenores de esa tragedia. Por Televisa llegaba Alfonso Salces Fernández, que era corresponsal de Jacobo Zabludovsky, el grande, el gran Jacobo, hoy dando fuerza y presencia en su noticiero ‘De Una a Tres’, del Grupo Radio Centro. Han pasado 40 años y aquel vibrar mañanero pareciera que todavía retumba en nuestros oídos, cuando la muerte pisó nuestro huerto, en la remembranza como aquel poema de Octavio Paz: “Hoy recuerdo a los muertos de mi casa. Al que se fue por unas horas y nadie sabe en qué silencio entró. Su silencio es espejo de mi vida, en mi vida su muerte se prolonga”.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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