ARTICULISTA INVITADO
El pasado 12 de agosto, el
Senado de la República recibió la
iniciativa de reforma constitucional en materia energética del
Presidente Enrique Peña Nieto, misma que fue turnada para su análisis y
dictamen a las Comisiones Unidas de Puntos
Constitucionales, Estudios Legislativos primera y Energía, de la cual un
servidor soy integrante.
En ese tenor, aprovecho este
espacio que gentilmente me conceden, para abordar algunos puntos que considero
medulares de esta reforma. El primero de ellos, es que Pemex y la CFE seguirán
siendo propiedad del Estado, es decir, Pemex y la CFE no se privatizan ni se
venden, aspecto que el Presidente Peña Nieto ha puntualizado desde el momento
en que dio a conocer su iniciativa de reforma energética.
Es importante destacar, que
en materia de hidrocarburos, la iniciativa presentada por él, retoma palabra
por palabra el espíritu nacionalista del
Artículo 27 Constitucional del Presidente Lázaro Cárdenas del Río, a fin de prohibir concesiones en la industria petrolera y abrir
la vía para los contratos con el sector privado. Asimismo, para hacer
más competitivo a Pemex, plantea corregir su régimen fiscal, reestructurarlo en
dos divisiones: Exploración y Producción y Transformación Industrial, mejorar
las condiciones de transparencia y rendición de cuentas y fomentar las compras
a proveedores nacionales de este sector.
En lo referente al sector
eléctrico, se permite la participación de particulares en la generación de ésta,
situación que hoy en día se da con algunas limitantes, garantizando el Estado
el acceso de quienes la generan a la red de transmisión y adquirir la energía
en bloque más barata de cada productor en beneficio de nosotros los usuarios.
También, contempla fortalecer
operativa y organizacionalmente a la CFE, darles mayores facultades a la
Secretaría de Energía y a la Comisión Reguladora de Energía, e impulsar el
desarrollo tecnológico y adopción de fuentes de energía limpias, menos
contaminantes y de bajo costo como la solar, eólica, minihidráulica y el gas.
Con lo anterior, el Gobierno
Federal proyecta que baje el precio de la energía eléctrica y del gas, que se
produzca más fertilizante a mejor precio para obtener alimentos más baratos. De
aprobarse la reforma, se contempla la generación de medio millón de empleos
adicionales en este sexenio, que la economía nacional crezca un punto
porcentual más en el 2018 y contar con mayores recursos públicos para construir
más escuelas, hospitales, carreteras e introducción de agua potable en
beneficio de todos los mexicanos.
Extraer petróleo en México y
en el mundo resulta cada vez más difícil y más caro. El petróleo de fácil
acceso se está acabando y Pemex se ha visto obligada a explorar yacimientos
petroleros marítimos en aguas profundas, entre 500 y mil 500 metros, y
ultraprofundas, mayores a mil 500 metros; sin embargo, mientras los Estados
Unidos de Norteamérica producen un millón de barriles diarios de petróleo en
aguas profundas, en México aún no se ha producido un solo barril.
Eso es explicable, debido a
que en el país vecino tan sólo en el 2012 se perforaron 137 pozos en aguas
profundas, contra seis pozos en México y éstos solo con fines exploratorios.
De igual manera, continuamos
sin aprovechar adecuadamente la gran cantidad de petróleo y gas que tenemos en
las rocas de lutitas (contienen gas y petróleo que mediante procesos se pueden
extraer). Mientras los Estados Unidos autorizaron en el 2012 más de 9 mil pozos
para producir petróleo y gas de lutitas o shale, en México sólo se autorizaron
tres permisos.
Si bien es cierto, que está
probado el potencial que México tiene en gas y petróleo tanto en aguas
profundas-ultraprofundas como en campos de lutitas y maduros (con menos presión
natural para que salga el petróleo), también lo es que constitucionalmente sólo
Pemex puede buscarlo y extraerlo, dificultándose cada año hacerlo tanto por
cuestiones financieras como tecnológicas. Por eso la importancia de permitir la
participación al capital privado en este sector, mediante empresas con probada
experiencia, con tecnología de vanguardia y recursos económicos suficientes
para la exploración, perforación y extracción en más pozos.
Para darnos una idea de la
situación actual del sector energético nacional, en el año 1997 México producía
3 millones de barriles de petróleo diarios con una inversión de 3 mil 100
millones de dólares, hoy en día producimos 2.5 millones de barriles diarios
pero invertimos 20 mil 500 millones de dólares. Estamos invirtiendo más pero
produciendo menos.
Esta situación repercute a
su vez en las gasolinas y el diesel, y traigo a colación lo que en repetidas
ocasiones expresé en mi campaña al Senado de la República, es inconcebible que
México a pesar de su riqueza energética no tenga la capacidad instalada para
producir y abastecer la demanda interna de combustibles y tengamos que
importarlos. Sin duda requerimos más y mejores refinerías para dejar de
importar el 49% de la gasolina que usamos, sin embargo, constitucionalmente
sólo Pemex la puede producir y está visto que no produce lo suficiente. Lo
mismo ocurre con el gas y los petroquímicos, importamos el 33% y 65%,
respectivamente, de lo que consumimos en México debido a que lo producido por
Pemex es insuficiente.
Por eso, el Presidente Peña
Nieto ha expresado su determinación de modernizar Pemex y fortalecer a esta
Paraestatal para que, con la participación de empresas privadas, se impulse la
exploración, extracción de petróleo y gas, refinación y petroquímica nacional
como una medida para lograr combustibles suficientes y a precios justos.
Por cuanto hace a la energía
eléctrica, el costo en México -a pesar del subsidio federal- es 25% más cara
que en los Estados Unidos, sin subsidio sería 70% según cálculos de SENER, ello
en detrimento de los ciudadanos en general, del sector industrial y comercial;
de ahí que la iniciativa presidencial contempla que al final paguemos menos en
los recibos de luz al diversificarse la producción de energía eléctrica y
producirla más barata, ya sea usando gas natural –es seis veces más barato que
otros combustibles- o con energía renovable y limpia aprovechando
sustentablemente nuestros recursos naturales en beneficio de los mexicanos.
Mi compromiso
es seguir colaborando en la modernización y transformación de un mejor México y
estoy convencido que con esta reforma, Veracruz y los estados del Golfo de
México, se verán beneficiados porque en sus aguas marítimas profundas hay
yacimientos de petróleo que se empezarían a explorar con mayor frecuencia
trayendo una importante derrama económica estatal, aunado a los abundantes
recursos naturales propicios para la generación sustentable de energía
eléctrica, a la vez que sus clúster de petroquímica
secundaria tendrían una mayor actividad en beneficio de los proveedores locales
y, por su cercanía con los yacimientos, la refinería “Lázaro Cárdenas”, al sur
de Veracruz, lograría un mayor dinamismo regional.
www.facebook.com/HectorYunes
hector.yunes@senado.gob.mx
Tw: @HectorYunes
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