En Facebook, me
encontré esta historia, que creo que vale la pena traducir al español y
compartir contigo amable amig@ que me
haces el honor de leerme.
La abuelita criada en
el Sur: En el supermercado, la joven
cajera le sugirió a la viejecita traer sus propias bolsas para el mandado, pues
las bolsas de plástico no son buenas para el ambiente. La ancianita se disculpó comentando
¨nosotros no teníamos este asunto de la ecología en mis tiempos¨ La joven empleada le contestó ¨ese es
nuestro problema ahora. Su generación no se preocupó suficiente para salvar el
ambiente¨.
La viejita comenta:
¨ella tiene razón, nosotros no teníamos este asunto de la ecología en nuestros
días¨. ¨En aquéllos tiempos, nosotros
regresábamos las botellas de leche, las de refresco, las de cerveza. La tienda las enviaba a la fábrica, y allí
eran lavadas y esterilizadas para ser llenadas de nuevo, así, usábamos las
mismas botellas, una y otra vez. Así,
eran verdaderamente recicladas.
Pero ella tiene razón,
nosotros no teníamos este asunto de la ecología en nuestros días. Las tiendas
embolsaban las compras en bolsas de papel café, que eran reusadas para muchas
cosas, incluso para bolsas de basura, y hasta para forrar los libros de
primaria que nos prestaban las escuelas, para que no se dañaran por nuestros
hijos. Entonces podíamos personalizar nuestros libros con ese papel café.
Nosotros subíamos las escaleras,
no teníamos de las eléctricas en cada tienda o elevadores en cada oficina.
Caminábamos hacia las tiendas, y no nos subíamos en una máquina de 300 caballos
de fuerza cada vez que teníamos que caminar dos cuadras.
En aquéllos tiempos,
nosotros lavábamos los pañales porque no teníamos de los desechables. Nosotros
secábamos la ropa en tendederos, no en máquinas de 220 voltios. Aire y sol
realmente secaban nuestra ropa en nuestros tiempos. Los niños tenían sus ropas
reparadas en casa, y heredadas de sus hermanos mayores, no se compraba ropa
nueva a cada rato.
Teníamos una
televisión, un radio en la casa, no uno
en cada cuarto y la tele tenía una pantalla del tamaño de un pañuelo no de una
pared. En la cocina molíamos,
mezclábamos y licuábamos a mano, no teníamos una máquina eléctrica para cada
cosa. Cuando teníamos que enviar algo frágil por correo, lo envolvíamos en
papel periódico para protegerlo, no había styrofoam o burbujas de
plástico. Nosotros no gastábamos
gasolina sólo para cortar el pasto, usábamos energía humana. Nosotros hacíamos ejercicio trabajando, no
teníamos que ir a un club para correr en caminadoras eléctricas.
Tomábamos agua en un
bebedero, sin usar vasos o botellas de plástico. Las plumas las rellenábamos en
lugar de tirar el bolígrafo y comprar uno nuevo. Las navajas de rasurar, las cambiábamos, en
lugar de tirar el rastrillo completo y comprar otro.
En aquéllos tiempos,
tomábamos el autobús, y los niños iban a la escuela caminando o en bicicleta,
en lugar de convertir a sus madres en servicios de taxi de 24 horas. Teníamos
un solo contacto por habitación, en lugar todo un banco de conexiones para una
docena de aparatos eléctricos. Incluso, no necesitamos un artilugio
computarizado para recibir una señal enviada desde satélites a 35,000
kilómetros en el espacio, utilizado solamente para encontrar la próxima tienda
de hamburguesas o papelería. Nosotros sabíamos dónde encontrar lo que
necesitábamos.
Es muy triste, pensar
que la generación actual lamente cuan desperdiciados éramos solamente porque no
teníamos ese asunto de la ecología. ¨
No hay comentarios:
Publicar un comentario