Desde la periferia
Héctor Yunes Landa
Venga por un coche ¡y llévese un AK-47 de regalo! Por absurdo que parezca, esta promoción no es una broma de mal gusto, es una oferta real, como lo es que a lo largo de los estados fronterizos norteamericanos con México existen miles de tiendas que venden las armas que van a parar a los diferentes cárteles de las drogas que han provocado el baño de sangre que asola a nuestro país.
La descabellada oferta a la que me refiero en el título de esta colaboración es una publicidad que circula por Internet y constituye una prueba contundente de la ausencia de control del país vecino en la venta de armamento que permite poner a disposición prácticamente de cualquier persona, de un instrumento que provoca muerte y desolación.
La venta sin control de armas largas en Estado Unidos es un tema que plantea un fuerte debate y atención en ambos lados de la frontera, pues los norteamericanos no pueden ya seguir eludiendo su parte de responsabilidad en la violencia e inseguridad que afecta a México y que ya empieza a reflejarse en su propio territorio.
En la semana que transcurrió se sucedieron fuertes críticas al gobierno de los E.U., de tres influyentes diarios norteamericanos, The New York Times, The Washington Post y el Dallas Morning News. Desde sus editoriales, estos medios criticaron la flexibilidad de sus leyes sobre control de armas que facilitan la venta masiva a los cárteles mexicanos de drogas.
El Washington Post dio a conocer que en Texas hay 3 mil 800 armerías, 300 de ellas tan sólo en Houston. Según este periódico, en los últimos cuatro años las autoridades mexicanas y estadounidenses han rastreado más de 60 mil armas utilizadas en la violencia en México, a unas 7 mil 500 armerías a lo largo de la frontera entre ambos países.
El New York Times, ha ido más allá al señalar que las leyes estadounidenses son demasiado permisivas y facilitan la venta de armas a los cárteles mexicanos de la droga, y acusan de debilidad al Congreso norteamericano. Este diario ha señalado que el Congreso estadounidense se ha vuelto ''sumiso'' ante el intenso cabildeo de la industria armamentista y ''no ha hecho nada sobre una falla legal que es la principal culpable de las muertes: la libertad que tienen los traficantes de vender miles de fusiles de asalto sin tener que reportarlo a las autoridades federales''.
El influyente diario neoyorquino propone que el presidente Barack Obama corrija las leyes respectivas por medio de una orden ejecutiva, ya que ''al entrar un Congreso con más presencia republicana y ante el abierto temor de los legisladores demócratas al cabildeo de la industria de las armas, hay poca expectativa de coraje para legislar''. La editorial del diario sentencia que ''si lo que se requiere es una orden ejecutiva para poner fin al baño de sangre, el presidente Obama no debe vacilar en hacerlo''.
Por su parte, el Dallas Morning News aseguró en su editorial que hay una relación entre la permisividad de la venta de armas en EU y el aumento de la violencia al sur de su frontera y también reconoce que el mayor centro de compra de armas por parte de los cárteles se encuentra en Texas.
Definitivamente, la intensidad de la violencia en México depende de la capacidad de fuego de los cárteles y mientras los norteamericanos no hagan su parte y continúen evadiendo su responsabilidad, los mexicanos tendremos muchas dificultades para lograr que las cosas cambien.
Ojalá que las presiones de los medios orillen a una respuesta racional del gobierno de Obama, y que éste tenga los arrestos necesarios para ganar la carrera a los grupos de lobbying que lucharán a toda costa para que los congresistas continúen sin modificar las leyes sobre la comercialización de armamento, toda vez que es un negocio multimillonario y las empresas que se dedican a ello, siempre mantienen una fuerte influencia en el congreso.
Sin embargo, el hecho de que periódicos como el NY Times y el Washington Post, estén tomando el tema entre sus manos, representa un avance para posicionar el problema entre la opinión pública norteamericana y por tanto pueda surgir una presión política sobre este asunto.
Habrá que ver qué hace el gobierno de Barack Obama. La ruta ya se la trazó el NY Times, porque no es posible que Estados Unidos siga exigiéndole resultados en esta lucha a México, mientras que este país es el principal consumidor de drogas del mundo y también el principal abastecedor de armamento a los cárteles.
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