¡ADELANTE!
José Valencia Sánchez
Seguiremos denunciando a quien sea
He recibido comentarios por correo electrónico, vía telefónica y de manera personal de gente preguntándome si he variado mi postura de periodista crítico con el cambio de gobierno. Mi respuesta es ¡No!
Si observo acciones o actitudes equivocadas por parte de funcionarios gubernamentales en turno, lo denunciaré sin cortapisas ni ambages, como siempre. Y si toman medidas atinadas, las aplaudiré sin regateo alguno.
No podemos adelantar a estas alturas si Javier Duarte va por el camino correcto o ya se desvió cuando apenas lleva unos días en el cargo. Deseo, como veracruzano, un gobernador cercano al pueblo, honesto, eficiente y, sobre todo, muy valiente.
Insisto en los reclamos prioritarios de la sociedad, tales como seguridad, empleo y honradez, sin ser éstos los únicos, pero sí de los más urgentes después de tantos despilfarros, violencia y actos de corrupción por parte de servidores públicos de distintos niveles.
Basta de “diezmos” y “ventiladores”, o sea, dádivas subrepticias de 10 y 20 por ciento o más por cada obra asignada. Si el monto de ésta era de 10 millones, el constructor debía aportar de manera “voluntaria” uno o dos millones de pesos por adelantado, sin recibo de por medio y como gratificación a quien le había conseguido el contrato. De acuerdo al sapo, la pedrada.
Y si esto no es verdad, ahí están los empresarios afectados para desmentir esta aseveración.
Imagínense ustedes si con semejantes tarascadas de funcionarios corruptos no iban a realizarse obras con material de baja calidad, puentes que se derrumban, carreteras y calles llenas de baches al poco tiempo de haberse inaugurado o pavimentado, escuelas y toda clase de edificios mal construidos y así hasta el infinito.
Esto y más lo escribí en su momento, antes de concluir el sexenio de Fidel, lo repito ahora y si continúan estas prácticas no me cansaré de denunciarlas las veces necesarias. Algún día alguien nos hará caso y entonces Veracruz podrá salir adelante.
No es fácil erradicar estos negocios vergonzosos, pues jamás se firman documentos comprometedores ni hay testigos de la transacción. Quien pide y recibe nunca deja huella o pista incriminatoria, y el que acepta dar el soborno tampoco denuncia.
Es un círculo vicioso en el que caen muchos, aunque sotto voce se quejen.
Confiemos en que el gobernador Javier Duarte limpie la casa y combata a fondo la corrupción, y ese dinero mal habido que se embolsan unos cuantos, se invierta en obras de beneficio para todos los veracruzanos.
pepevalencia37@hotmail.com
Si observo acciones o actitudes equivocadas por parte de funcionarios gubernamentales en turno, lo denunciaré sin cortapisas ni ambages, como siempre. Y si toman medidas atinadas, las aplaudiré sin regateo alguno.
No podemos adelantar a estas alturas si Javier Duarte va por el camino correcto o ya se desvió cuando apenas lleva unos días en el cargo. Deseo, como veracruzano, un gobernador cercano al pueblo, honesto, eficiente y, sobre todo, muy valiente.
Insisto en los reclamos prioritarios de la sociedad, tales como seguridad, empleo y honradez, sin ser éstos los únicos, pero sí de los más urgentes después de tantos despilfarros, violencia y actos de corrupción por parte de servidores públicos de distintos niveles.
Basta de “diezmos” y “ventiladores”, o sea, dádivas subrepticias de 10 y 20 por ciento o más por cada obra asignada. Si el monto de ésta era de 10 millones, el constructor debía aportar de manera “voluntaria” uno o dos millones de pesos por adelantado, sin recibo de por medio y como gratificación a quien le había conseguido el contrato. De acuerdo al sapo, la pedrada.
Y si esto no es verdad, ahí están los empresarios afectados para desmentir esta aseveración.
Imagínense ustedes si con semejantes tarascadas de funcionarios corruptos no iban a realizarse obras con material de baja calidad, puentes que se derrumban, carreteras y calles llenas de baches al poco tiempo de haberse inaugurado o pavimentado, escuelas y toda clase de edificios mal construidos y así hasta el infinito.
Esto y más lo escribí en su momento, antes de concluir el sexenio de Fidel, lo repito ahora y si continúan estas prácticas no me cansaré de denunciarlas las veces necesarias. Algún día alguien nos hará caso y entonces Veracruz podrá salir adelante.
No es fácil erradicar estos negocios vergonzosos, pues jamás se firman documentos comprometedores ni hay testigos de la transacción. Quien pide y recibe nunca deja huella o pista incriminatoria, y el que acepta dar el soborno tampoco denuncia.
Es un círculo vicioso en el que caen muchos, aunque sotto voce se quejen.
Confiemos en que el gobernador Javier Duarte limpie la casa y combata a fondo la corrupción, y ese dinero mal habido que se embolsan unos cuantos, se invierta en obras de beneficio para todos los veracruzanos.
pepevalencia37@hotmail.com
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