José Valencia Sánchez
Hasta veracruzanos radicados en el extranjero –bendita tecnología globalizadora-- se comunicaron conmigo para comentar la columna anterior sobre el tema de los Yunes por la gubernatura. Las opiniones se dividen entre quienes no simpatizan con ninguno de ellos y quienes se identifican con unos u otros.
También hubo quienes me reclamaron el no haber incluido a mujeres como aspirantes a la gubernatura y coincidieron en citar a Elizabeth Morales, ex presidenta municipal de Xalapa y actual dirigente del PRI estatal, una de las pocas damas con posibilidades de por lo menos ser tomada en cuenta, para hacer bulto o de relleno en una eventual terna priista.
En charlas de café, entre gente cauta y no afecta a expresarse a través de redes sociales o por cualquier medio público, se habla de notoria cargada priista hacia uno de los Yunes y, obviamente, en contra de su homólogo. Esto, independientemente del más popular o del que vaya arriba en encuestas si éstas existieran.
En cuanto a los panistas, muchos ubican a Yunes Linares, el papá, en la delantera por sus relaciones políticas al más alto nivel, su extraordinaria capacidad para realizar pactos y alianzas y por la importante votación obtenida en la pasada elección gubernamental. En cambio, sus críticos lo suponen pasado de moda, con la edad como desventaja y estiman que sus hijos, Fernando y Miguel Ángel, por su juventud y frescura serían mejor aceptados por los potenciales electores.
En fin, invito a los veracruzanos interesados en el tema a ventilarlo sin cortapisas ni ambages en redes sociales, medios de información impresos y en línea, o en los foros de su preferencia. Se trata de un ejercicio saludable y útil a la democracia.
Todos los aspirantes, incluidos los ilusos que sueñan con suceder a Javier Duarte en la gubernatura, trabajan ya subrepticia o de manera explícita en esta contienda cuyo hoy incierto desenlace se despejará dentro de dos años.
Cuando conozcamos formalmente los nombres de los candidatos, nos daremos cuenta que el panorama que a estas alturas parece nebuloso, no lo era tanto; que los protagonistas siempre estuvieron, actuaron y se condujeron a la luz del día. Sólo había que desentrañar las señales y códigos no escritos para detectar a los futuros candidatos y al probable triunfador.
Por lo pronto, he recibido comentarios de puntillosos lectores en el sentido de que cómo es posible que entre millones de veracruzanos no existan o no se mencione a ciudadanos valiosos, distinguidos, honestos, capaces y con méritos suficientes, que no sean Yunes, para aspirar a la gubernatura del estado.
Elaboren, pues, sus quinielas: ¿Van los Yunes o sólo uno de ellos? ¿O nadie con este apellido figurará en las boletas? ¿Quién o quiénes: Pepe, Héctor, Miguel Ángel padre, Fernando y Miguel Ángel hijo serán candidatos?
Por mi parte, lo reitero: un Yunes será el próximo gobernador de Veracruz… al menos que un devastador tsunami político lo impida.
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