Acertijos
*Antes había países pacíficos y países agresivos. Ahora todos quieren la paz. Y para asegurarla, fabrican más armas que nunca. Camelot.
NIÑOS ABATIDOS
Uno pensaría que los niños no pueden ser abatidos a mansalva, a balazos. Uno pensaría que los niños van a las escuelas a iniciar el proceso de aprendizaje, no a lidiar con la muerte que varias veces llega vestida de locura. El escritor León Krauze tocó el tema de los niños de Connecticut, abatidos por un loco de los que proliferan en la Unión Americana. Jóvenes sin sentido. Jóvenes sin razonamiento. Sedientos de sangre. Comienzan a conocerse los casos de heroísmo de maestras y directores.
EL INFIERNO POR LEON KRAUZE
Acepte el lector un paseo por el infierno.
“Son las nueve de la mañana en una escuela primaria. De la nada, un hombre irrumpe a balazos. Lleva un par de pistolas y un rifle semiautomático lleno de balas especialmente diseñadas para provocar el mayor daño posible. Después de matar a la directora del plantel, camina hacia uno de los salones de clase. Adentro hay 14 alumnos y su maestra. Los niños, aterrados, se apilan en un rincón. Se abrazan unos a otros, tratan de protegerse. El tipo apunta el rifle y, en cuestión de segundos, despedaza a los pequeños. El daño, dirán después los forenses, desafía cualquier capacidad de descripción. Debajo de la pila ensangrentada queda un solo niño vivo: morirá tiempo después. Junto a la puerta cuelgan 14 pequeños abrigos de invierno. El asesino sale y se dirige al siguiente salón. Ahí, la profesora ha tenido el buen tino de meter a sus alumnos a un clóset. Cuando el loco entra, seis tratan de escapar. No llegan lejos: el tipo los llena de plomo. Lo mismo ocurre con la maestra. Con la policía cerca, el asesino finalmente se pega un tiro. A los pocos minutos, la policía abre la puerta del armario. Ahí, en la oscuridad, testigos de la muerte, están siete niños de primaria. Vivos solo por gracia de Dios. Para salir del salón deben esquivar los cuerpos destrozados de sus compañeros, el de su maestra y el del homicida, que se ha volado los sesos. “Papá”, dirá minutos después una de las sobrevivientes, “estoy bien…pero todos mis amigos están muertos”. Estaba llena de sangre.
Estados Unidos: país enfermo.
Hay, en este país, más lugares para comprar armas que cafeterías Starbucks en todo el planeta. Estados Unidos es un país inundado de armas y municiones: pistolas, rifles semiautomáticos, cargadores de capacidad múltiple, millones de balas de todo tipo disponibles por Internet. El negocio de las armas vale no menos de 4 mil millones de dólares anuales. Hay 310 millones de armas en Estados Unidos. Cuatro millones más se suman al mercado cada año. La muerte hecha industria”.
CORRIENDO POR UN ARMA
Por Sandro Pozzi (El País)
“Hace dos semanas se publicó un dato que ponía los pelos de punta, al final de un 2012 que pasará a los registros como uno de los años más dramáticos en EE UU. Las ventas de armas se dispararon un 18,4% en octubre en EE UU, según datos del FBI. Ya pasó en 2008, también año electoral. La reelección del presidente Barack Obama despertó el temor hacia una mayor regulación para su posesión, especialmente en el caso de los fusiles de asalto como el que utilizó Adam Lanza para ejecutar la masacre en la escuela primaria de Sandy Hook, en Newtown. Son los más populares. Se les conocen como los "modern sporting rifles", de uso civil, y los compradores suelen practicar el tiro, son cazadores, veteranos de guerra o personas que quieren proteger su propiedad. Bill Clinton ya hizo una tentativa en 1994, al limitar entre otras cosas la capacidad del cargador de estas armas que emulan las militares. Su prohibición, que no fue total, expiró en 2004. Durante uno de los debates en las últimas elecciones presidenciales, el contendiente demócrata habló de que quería iniciar "una conversación" amplia sobre cómo reducir este tipo de violencia. Y en ese contexto, habló de la posibilidad de reintroducir la prohibición”.
LA ASOCIACION DEL RIFLE (ANR)
Voy yo: El problema, dicen los enterados de estos malos sucesos, es la Segunda Enmienda y la Asociación Nacional del Rifle. Veamos. La Segunda Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos de América es parte de la llamada Carta de Derechos aprobada el 15 de diciembre de 1791. Simple y corta, da el derecho a la posesión de armas. En los Estados Unidos de América la ley da pocas limitaciones para portar armas. Uno puede ir a la tienda de la esquina y pedir un R-15. Hay estados donde la limitación es entregártelo al otro día, por si andas de locochón esa mañana. Se compran armas con una facilidad como si se compraran chicles Adams. Los verdaderos defensores son una secta de ultraderechistas llamada Asociación Nacional del Rifle (ANR), de la cual su patriarca mayor era el tal Charlton Heston, ese que cínicamente dijo: “No hay "buenas armas" o "malas armas". Cualquier arma en la mano de una persona mala es mala. Un arma en la mano de una persona decente no representa ninguna amenaza”.
La Asociación es tan vieja como su Carta Magna, fundada en 1871 y con 4 millones de defensores de su lucha por poseer cuantas armas se les pegue la gana.
El director de cine, Michael Moore dio buena cuenta en sendo reportaje a la Asociación del Rifle, después de los sucesos de Columbine.
Miren ustedes, no pasará nada, van a patalear unos días, llorar a los pobres niños, poner las banderas a media asta, sepultarlos y esperar otro suceso como ese, o el del cine de Aurora, en Colorado, y volver a llorar y maldecir a las armas y a sus defensores.
Así nacieron. Así son.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com
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