Complicado panorama
presenta la ya próxima elección de alcaldes y diputados locales para los
dirigentes estatales y municipales del PRI del distrito cuya cabecera es
Córdoba, y que incluye tres municipios importantes como es el caso de Fortín,
Amatlán y la propia cabecera, que no sólo es una de las ciudades más
importantes del estado, sino también la ciudad ¨del gobernador¨. Coetzala y Naranjal completan el cuadro del
distrito más importante desde el punto de vista político para el revolucionario
institucional.
El político mas avezado
en ganar elecciones difíciles es el secretario de gobierno Gerardo Buganza, y
todo parece indicar que será él quien oriente a los posibles candidatos a las
alcaldías. Para la diputación local
todo parece indicar que viene Juan Manuel del Castillo, quien se ha pasado los
últimos seis años ¨desfaciendo entuertos¨ de todo el estado y en particular de
la zona centro. Juan Manuel es un
candidato lógico, pues muchos ciudadanos han acudido a él y siempre han
recibido respuesta y atención a sus peticiones, gracias a su privilegiada
posición de buen amigo del gobernador, antes secretario y antes subsecretario
de finanzas. Eso le da un buen toque
para la próxima elección, pues no es un secreto que un diputado local muy cercano
al gobernador, logrará muchísimo para su distrito, mientras que si es lejano u
opositor, seguramente condenará al distrito a tres años más de nulo
avance. Si los ciudadanos de este
distrito electoral quieren aprovechar a su gobernador ¨Cordobés¨ seguramente
votarán por Juan Manuel, a pesar de que en Movimiento ciudadano están velando
armas con el Ingeniero Luis Rafael Sainz Yúnes, quien es excelente prospecto
por su probada capacidad y ser tan conocido en la zona, mientras que la
coalición ¨extremos unidos¨, la del PAN-PRD pueda venir una vez más con
Mauricio Duck a la diputación, probado ganador de contiendas electorales, mejor
político que representante popular.
En cuanto a las
alcaldías, hay una enorme disputa, con vistas a la próxima elección de
gobernador. Hay un grupo que es de
Héctor Yúnes Landa que busca ponerle todas las piedras en el camino a otro
fuerte contendiente que es Gerardo Buganza, y están dispuestos a perder las
elecciones de los distritos que tenga a su cargo Gerardo, con el único fin de
¨bajarlo del caballo¨, sin importar los intereses de su partido y de su
gobernador. Pepe Yúnes otro tirador para
la gubernatura está mostrando ser muy disciplinado y respetuoso de formas e
investidura, trabajando exclusivamente por su partido, más allá de intereses
personales. Gerardo Buganza por otra
parte, requiere demostrar una vez más, como ya lo hizo en la elección pasada,
que cumple a fondo con lo que el gobernador le encarga, y si en este caso, en
sus ratos libres debe ganar las alcaldías y la diputación del distrito,
seguramente pondrá todo su empeño en ello.
Y allí es donde todo se complica.
Hay un sector del PRI,
que insiste en que sólo priístas de viejo cuño pueden ser candidatos del
dinosaúrico partido. Se les olvida que las
elecciones no las ganan los colores, sino las personas. Hay municipios como Fortín, en dónde si no
se tiene un trabajo político previo y una buena imagen, seguramente se pierde
la elección, y eso afecta para lo importante que es la diputación local. De allí que mientras tienen a Enrique Muñoz
que ha trabajado largo y tendido desde su trinchera en tránsito del estado,
también tienen la opción de una persona apartidista pero con trayectoria
personal y ¨nombre¨, en la figura de Alfredo Penagos, quien no sufre del
desprestigio que ha sufrido el tricolor en los últimos años. Fortín es importante desde el punto de vista
electoral, pues en caso de perderse por ¨zapato¨ afectaría los resultados del
distrito. Allí antes que pensar si
Muñoz es del grupo de Bermúdez, o Penagos del grupo de Buganza, habría que
escoger la mejor opción ante una oposición desorganizada pero ansiosa de
gobernar el municipio.
En Córdoba, el PRI está
más organizado, y pesa en la elección, allí la decisión ante un candidato ciudadano
del grupo Bugancista como es el caso de Ricardo Barreda, o un candidato de la
academia en el caso del Dr. Rangel de la UTCV, o un candidato de cepa priísta
como es el caso de Aguilar Yúnes es delicado.
La llegada de Barreda al ruedo parece despertar a los grupos rojos,
quienes se unieron en su contra, quizá con razón ante su pasado panista. El celo ante la posible imposición de un
azul con trabajo partidista hizo unirse en su contra al grupo de Portilla, que
aunque muy mermado, todavía gobierna la ciudad, y el resto de los grupos
políticos.
En Amatlán, dónde
gobierna el azul, dejarán en manos de Gerardo la decisión, y en Naranjal
manejan los nombres de un ex recluso, y de un ex alcalde priísta que parece ser
la única opción, ante la cerrazón de admitir personajes más queridos por la
población, aunque provengan de otros colores partidistas.
La mesa está puesta, y
las opciones son claras. Si se piensa
que se puede perder una alcaldía, se le va a dejar la opción de escoger
candidato a Buganza, con el fin de tener a quien culpar de la derrota. Si se piensa que se puede ganar, o que
incluso las posiciones edilicias son importantes, entonces se va a luchar a
sangre y fuego, bajo la mesa, para lograr obtener la candidatura para otro
grupo. Si se deja que Buganza decida al
candidato, el PRI trabajará en contra, como ya sucedió en la federal
reciente. Si el PRI no cuenta, como en
algunos municipios, entonces Buganza puede ¨hacer la chica¨ y ganar dónde
parecía imposible. Y de allí a buscar
la candidatura a gobernador, gracias a ser uno de los funcionarios menos
queridos por el equipo que gobierna, pero más eficientes.
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