En las elecciones en México la guerra
sucia es el pan nuestro de cada día. Hay ciudadanos que entienden que mucho de
lo que se dice es mentira, y por lo tanto no confían en nadie. Hay otros, que
sólo confían en su color favorito, de tal manera que todo lo que ese color dice
es la verdad, o la Verdad, mientras que lo que dice el resto es mentira. Por último hay un grupo de personas,
inocentes e ingenuas, que piensan que si algo sale en la Televisión, en
Internet o en un diario, esa es la verdad absoluta. Sobre todo cuando sale
alguien en un video y afirma, mirando fijamente a la cámara alguna sandez. También se utiliza en la guerra sucia,
información a medias y sesgada, la cual puede traer algo de verdad, pero que
oculta lo verdaderamente importante.
Muchas personas se convierten en
tontos útiles de los propagandistas de los distintos partidos políticos, al
retransmitir la información que reciben sin analizar previamente el contenido y
mucho menos informarse al respecto. Así,
esos tontos útiles, ayudan a transmitir la publicidad viral, esa que se
transmite por redes sociales e internet, pensando que hacen un bien a quien al
reenvían, porque le están informando, cuando en realidad, lo que hacen es
distraer la atención de asuntos relevantes.
Un
claro ejemplo es la defensa que grupos de panistas hacen del actual gobierno y
del anterior, afirmando que ahora hay estabilidad económica y que antes no la
hubo. Esta afirmación puede ser verdad o mentira, cualidad o defecto, según el
cristal o la información con que se mire.
Tiene tiempo circulando en internet un
supuesto gráfico de las inflaciones y devaluaciones del peso respecto al dólar,
con lo cual se afirma que los regímenes panistas han conservado la estabilidad
de la moneda, sin considerar una serie de datos que son más relevantes para la
población y distrayendo respecto a lo verdaderamente importante.
La estabilidad en el tipo de cambio es una
gran mentira, en el período del presidente Calderón se ha devaluado el peso
aproximadamente un 40%, pasando de poco menos de $10.00 a más de $14.00 por un dólar. Esta supuesta estabilidad de la moneda, no
se mide contra el poder adquisitivo, y mucho menos en lo que respecta al
incremento brutal del costo de los alimentos, generalmente importados porque se
ha descuidado la producción nacional de alimentos y el apoyo al campo mexicano
en estos últimos doce años.
Un punto que realmente interesa a los
economistas, es el crecimiento del producto interno bruto, pues aunque haya
inflación, si hay crecimiento económico la ciudadanía vive mejor. En la década
de los 70´s el crecimiento del PIB fue en promedio del 6%, mientras que en
2007-2011 el crecimiento promedio se sitúa en 1.48%. A pesar de inflaciones y devaluaciones, es
claro que a México y a los Mexicanos nos fue mejor en los 70´s que en el
período Calderoniano, en cuanto a generación de riqueza, ya que la economía
mexicana era muy dinámica y ha perdido dinamismo.
El endeudamiento interno del sector
público llegó a cuatro billones veinticuatro mil setenta y tres millones de
pesos, equivalente al 27% del valor de todos los bienes y servicios producidos
en un año en nuestro país. Muestra
inequívoca de que el argumento de estabilidad utilizado por los simpatizantes
del PAN es una verdad a medias, pues estamos estables en un crecimiento
mediocre, y un endeudamiento interno brutal, con un desempleo nunca antes
visto, curiosamente generado durante la presidencia del empleo.
Las oportunidades de crecimiento económico
se han desperdiciado en este sexenio, al grado de que mientras la proyección de
crecimiento para México en 2012 es del orden del 4%, que pudiera parecer bueno,
comparado con Chile 6%, Perú 6.9% y Argentina 8% resulta verdaderamente
mediocre.
Los datos aquí presentados tienen su
fuente en el INEGI, el CENEVAL, el Banco de México y el Centro de Estudios de
las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados. Son datos duros y absolutamente reales,
contra el cinismo y la mentira de quien quiere hacer propaganda de un mal
administrador económico y convertirlo con la magia de la mentira o la verdad a
medias en un estadista.
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