La Facultad de Derecho AL ESTILO MATHEY

POR :: GUSTAVO CADENA MATHEY

Buen día lector

Mantener en paz a la Universidad Veracruzana no ha sido nunca una empresa fácil.

Mucho menos tener tranquila la Facultad de Derecho.

En mis tiempos de estudios profesionales cuando gobernaba la UV ese gran rector que fue don Roberto Bravo Garzón, de plano estaba muy complicado por la época protestataria que se había vivido por entonces en el país a consecuencia del movimiento del 68 en la UNAM y de otros modelos internacionales.

Veracruz no se podía quedar atrás.

Por eso a principios de los setentas las relaciones entre autoridades y estudiantes se tenían que tejer con alfileres. De esto ya nos han contado otros protagonistas, entre ellos Rafael Arias Hernández, José Luis Salas Torres, Roberto Martínez López o Jorge Machado Rivera.

Para tener en paz a la universidad el rector Bravo Garzón tenía que echar mano del colmillo y ciertas herramientas convincentes.

Me consta.

Por ejemplo, tan pronto en Rectoría se detectaba que cierto grupo universitario se estaba movilizando para ir a tomar las instalaciones de la sede en las lomas del estadio, de pronto los integrantes del Movimiento Cultural Estudiantil Veracruzano, orgullosamente mi casa de Xalapeños Ilustres 86, de inmediato subían en tropel a las inmediaciones del edificio, construían barricadas con escritorios y muebles y nadie que no fuera un mocevista las podía pasar.

Allá arriba las actividades oficiales aparentemente detenidas no se interrumpían. Claro, don Roberto se daba tiempo para echarse un cafecito, una baraja o algo más con los “inconformes”.

Y la Facultad de Derecho era complicadísima.

Por allí rondaban porros como mi amigo el ilustre tabasqueño “Cantinflas” y otros que no debo nombrar, pero también hubo muchos estudiantes de ese tiempo muy aplicados que honraban el cuadro de honor.

Allí en sus pasillos empezaban su trayecto los admirados “Joao” con su pegajoso canto del “palo-palo-palo, palo bonito y sabroso”, que a veces era un reflejo fiel de las broncas que ahí se daban.

Por cierto, poco más tarde se daría el ejemplo de Héctor Yunes Landa que obtuvo diez en todas sus calificaciones sin que hasta la fecha nadie lo haya podido igualar.

Para ingresar a la facultad solo había que ser amigo de las dirigencias de la sociedad de alumnos y de otros poderosos grupos estudiantiles.

Finalmente llegó el gobierno de don Agustín Acosta Lagunes que empezó a frenar a los desadaptados.

Aún así han pasado rectores y directores que han manipulado a su antojo los asuntos de la juventud universitaria con escándalos y desvergüenzas como el de las calificaciones de ingreso manipuladas.

Por eso en la actualidad da gusto y alegría saber que en la Facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana se trabaja con la honestidad, con responsabilidad y el profesionalismo que lo hace el actual director Manlio León de quien he leído que a pesar de su juventud es todo un estudioso y ha puesto en alto el nombre de Veracruz y de México en el extranjero como lo demuestra su carrera de la vida (curriculum vitae).

Pero sobre todo por su trato sensible y cercano con los jóvenes estudiantes.

En Hueyapan de Ocampo, allá pasandito Catemaco están muy orgullosos no solo de Manlio Chico, también de su padre. Manlio Fabio Cazarín Navarrete, quien curiosamente también fue un excelente director de la Facultad de derecho de la UV.

Enhorabuena.

RUBEN RICAÑO POR LA SORPRESA

Hablando de los temas cañones, sin hacer mucho ruido va creciendo en simpatizantes la candidatura ciudadana de Rubén Ricaño Escobar a diputado por el Distrito de Xalapa Rural.

Y es que se trata de una persona reconocida y apreciada en Xalapa, miembro de una familia integrada por gente honesta y trabajadora que sirve a los demás, como es el caso de su señora madre Doña Malú Escobar Acosta que ha enseñado declamación y oratoria a muchas generaciones de niños y jóvenes que ocuparon los primeros lugares a nivel nacional e internacional.

Uno de esos alumnos es su hijo Rubén Ricaño, que sabe de los temas legislativos que se requieren para impulsar el desarrollo. Se ha destacado en el servicio público y más recientemente en su empeño por promover gobiernos eficaces y sólidos, promoviendo el desarrollo y capacitando a servidores públicos desde la organización civil, Centro Municipalista para el Desarrollo que dirigió con mucho tino hasta hace pocos días.

Las simpatías a su candidatura se van sumando cada día y hoy se ve ya como un claro prospecto para ganar la elección a diputado por el Distrito de Xalapa Rural. Con Rubén Ricaño, la gente y el Congreso ganará un excelente diputado pues él es un hombre preparado, que sabe del tema, que tiene principios y que a lo largo de su vida ha dado el ejemplo de honestidad, compromiso social y hombría de bien, cualidades que la gente aprecia en quienes aspiran a gobernar.

Que tenga usted una semana de gratas satisfacciones.