¿Cómo va a ser el México que surja después de las reformas? “Será un México que pueda crecer más y con un crecimiento más justo, en el cual los mexicanos podamos ver un claro valor de la eficacia de nuestra democracia. Que los acuerdos políticos pueden dar resultados a la gente".
Luis Videgaray posee sólidos conocimientos de teoría económica. Su tesis de licenciatura, en el ITAM, que analizó la privatización de los puertos mexicanos, ganó en 1995 un premio nacional de investigación. Desde muy joven trabajó en la Secretaría de Hacienda, de la que ahora es titular, y obtuvo el grado de doctor en el prestigiado Instituto Tecnológico de Massachusetts con una tesis que sin duda, en los actuales tiempos de reforma energética, llama poderosamente la atención: “La respuesta fiscal a los choques petroleros”.
Me recibió en su oficina este martes 13 de agosto. A las dos de la tarde empezamos a conversar. Lo primero que le dije fue que lo había escuchado, la mañana de ese día, en entrevista con Carmen Aristegui. En MVS Radio Videgaray se expresó, desde luego, como técnico en economía, pero también como un político con oficio. No le ha ido mal en la política, no solo por ocupar un cargo en el gabinete presidencial, sino por su trabajo al frente del equipo que llevó a la Presidencia de la República a Enrique Peña Nieto.
Buena entrevista la de hoy en la mañana, la que diste a Carmen Aristegui. Bien Carmen y bien tú. Pero, bueno, hoy es martes 13, Luis…
Se ríe y bromea: “Uno de los argumentos para no presentar la reforma hoy, sino ayer, era por esto del martes 13. No era mi argumento, pero alguien lo puso en la mesa”.
Pero el martes 13 puede ser de buena suerte…
“Puede ser de buena suerte, yo creo que el 13 es un número de buena suerte. Pero yo no creo mucho en eso de la buena o mala suerte”.
Vuelvo a tu entrevista con Carmen, ahí hablaste de un debate…
“Yo creo que el debate, una de las cosas muy buenas de que ya se haya presentado la iniciativa, de que el presidente ya haya hecho público el proyecto de reforma energética, que lo haya enviado al Senado es el que se abre el debate, un debate en un tema tan importante, con tantas implicaciones económicas y políticas, históricas incluso. Debe ser un debate serio, informado y amplio, muy amplio”.
Nadie dejará de opinar.
“Creo que el debate no puede darse con la seriedad requerida si el gobierno no hace explícita su visión y su propuesta de cambio en el sector energético, particularmente en materia de hidrocarburos. Y eso fue lo que hizo el presidente de la República ayer. Creo que el debate, Federico, va a seguir, son muchos los temas, algunos de mucha complejidad técnica, técnica en materia de ingeniería, técnica en materia económica, pero a final de cuentas tiene un impacto directo en la calidad de vida de las familias”.
El debate se va a dar en las Cámaras, en este caso en el Senado primero, pero también fuera de las Cámaras.
“Se va a dar en muchos espacios y en muchos niveles, naturalmente el debate definitorio es el que ocurra en el constituyente permanente empezando por la cámara de origen que es el Senado de la República, no solo de la iniciativa del presidente, sino también de la iniciativa que presentó antes Acción Nacional. Entendemos que el PRD presentará la suya en los próximos días. El Senado va a ser el lugar en el que se dé el debate, pero no solo se va a dar en el Senado, ocurrirá en muchos foros, en muchos lugares del país, en el Pacto por México, en los medios de comunicación, en la academia…”
En Twitter…
“Claro, naturalmente se va a dar en las redes sociales…”
Y en la calle
“Se va a dar y se debe dar en todos los espacios, no estamos discutiendo un asunto marginal, un asunto menor, estamos hablando de un activo sustancial del Estado mexicano que tiene un impacto en la vida diaria de la gente, que pega en el bolsillo de los mexicanos, que puede determinar nuestra capacidad de empleo y de crecimiento en los próximos años”.
EL ENERGÉTICO, UN CAMBIO FUNDAMENTAL
Estamos ante la reforma estructural más políticamente recargada de todas las que ha buscado Peña Nieto en su primer año de gobierno. Videgaray, uno de los arquitectos del diseño del nuevo Estado mexicano, no tiene ninguna duda acerca de que en el Congreso y en el Pacto por México, donde se procesan las reformas, se está decidiendo el futuro de las familias mexicanas.
¿Es más importante este cambio que el tratado de libre comercio?
“Ambos son cambios muy importantes, no me atrevería a decir cuál es más importante, pero sin duda estamos hablando de un cambio de esa naturaleza. Es una de las decisiones más importantes que tenemos como país en materia económica”.
¿La madre de todas las reformas?
“Mira, una reforma importantísima. Yo no me atrevería a usar un calificativo así. Pero es una reforma trascendente, es una discusión a la que hay que entrarle. Hasta ahorita yo creo que el único consenso que hay es que tiene que cambiar el sector energético. No he escuchado una sola voz diciendo que el sector energético se quede como está”.
Pero ¿no se sienten ustedes como el cuetero? Lees el Reforma y dice que la reforma se quedó corta, que es muy ligera, y lees La Jornada y les parece que esta es la entrega de todos los bienes de la nación a quién sabe quién
“Es un hecho que en México tenemos una gran pluralidad de ideas. En un México democrático como el que vivimos se expresan las diferentes voces y en este tema creo que es muy nítido ver la diversidad, el rango de diferencias entre las posiciones, lo importante aquí es que el presidente de la República ha presentado su posición en un tema que es importante y que estamos convencidos de que de ocurrir esta reforma energética podremos tener un impacto en la creación de empleos, en la economía familiar, con precios mas bajos de la electricidad, del gas, y en las perspectivas de crecimiento como nación. Esta es una reforma que puede tener un impacto muy positivo y notable en los próximos años para México. Son dos Méxicos distintos, con o sin esta reforma”.
Cuando se apruebe la reforma ¿cuánto tardarán las famosas leyes secundarias?
“Creemos nosotros que deben estar todas las condiciones –claro, eso lo determinará el Congreso de la Unión–, para que la reforma se apruebe este mismo año. No estamos apostando a que esto se apruebe en un periodo extraordinario y creo que eso ha quedado muy claro. Se discutirá en el periodo ordinario que empieza en septiembre en el Senado de la República, y una vez que se apruebe, de ser aprobado, que esperamos que así será, el gobierno estará listo, de manera muy inmediata, para presentar las leyes secundarias. Leyes secundarios en las que estamos ya trabajando. Tenemos un grado de avance importante”.
Te pregunto porque el Congreso tiene pendiente también las leyes secundarias de telecomunicaciones, la reforma financiera sigue sin discutirse…
“Así es, la reforma financiera, las leyes secundarias a la reforma educativa, las de la reforma en materia de competencia económica y telecomunicaciones… Yo tengo un alto grado de confianza en que se van a aprobar y discutir muy pronto en el Congreso de la Unión, las leyes secundarias. La verdad es que es notable la productividad que está teniendo esta legislatura en ambas cámaras. En el caso de la reforma financiera la Comisión de Hacienda y la Comisión de Justicia de la Cámara de Diputados están en sesión permanente y lo que hasta unos momentos me platicaban los coordinadores es que se está trabajando para que se incluya ya, y llevar al pleno ya, en alguno de los periodos extraordinarios que habrá en agosto, la reforma financiera. Habrá dictamen de esta reforma que es bien importante porque estamos hablando de que haya más crédito ,y más barato, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas. Y para las familias. Es una reforma que se esta procesando. En materia educativa el ejecutivo está por presentar ya las tres leyes reglamentarias de la reforma constitucional”.
¿Van a los contenidos educativos?
“Como sabes, son tres leyes, no soy la voz más autorizada o más experta para hablar de temas educativos, creo que vale la pena platicarlo con el secretario de Educación. Pero son tres leyes que derivan de la reforma constitucional aprobada a principios de la administración, derivada del Pacto por México. Y la idea es que se pongan ya de inmediato a consideración del Congreso de la Unión. Yo espero en los próximos días, si no es que en las próximas horas un anuncio por parte del secretario de Educación Pública. Y en materia de telecomunicaciones y competencia económica…”
Ahí hay una fecha límite para las leyes secundarias…
“El límite, sí, es diciembre. Se está trabajando en el seno del Pacto por México para que estén las iniciativas presentadas seguramente al arranque del periodo ordinario de sesiones, de tal forma de que el Congreso les pueda dar el trámite correspondiente. Son leyes secundarias importantísimas. Estamos hablando de acercar a los mexicanos al mundo a través de las telecomunicaciones, particularmente a través de la banda ancha”.
Y de abrir la televisión, también.
“Sí, por un lado tienes la tecnología y, por el otro, tienes el tema de competencia de los medios electrónicos, particularmente en televisión. Sería un paso fundamental. Ya recibió el presidente de la República la lista de candidatos que el comité de evaluación, previsto en la Constitución, le entrega para la integración de los órganos, nuevos órganos constitucionales autónomos en materia de telecomunicaciones y de competencia económica. El presidente habrá de enviarlo al Senado de la República en el plazo constitucional, que es muy corto, son diez días, se vence el próximo lunes. El senado también tiene un plazo corto para la integración de los órganos. Son muchos los engranes que se están moviendo en una dirección de transformación”.
Otro es la reforma energética…
“Uno importantísimo es el de la reforma energética. Nosotros estaremos listos, el presidente de la República así lo ha instruido, en las áreas que participan en la legislación secundaria en materia energética, para que sea inmediata la presentación una vez que se apruebe la reforma constitucional. La idea es que podamos empezar a ver los efectos de la reforma energética tan pronto como el año que entra, que no hagamos de esto un proceso tortuoso y malo de implementación”.
LÁZARO CÁRDENAS Y LA NO PRIVATIZACIÓN DEL PETRÓLEO
No duda el secretario de Hacienda al hablar de la reforma energética: es necesaria, pero de ninguna manera privatiza ni a Pemex ni al petróleo ni a la renta petrolera. Simplemente no se trata de eso, sino solo de hacer más rentable para todos los mexicanos la explotación de los hidrocarburos.
¿Cuándo y cómo decidieron ustedes que iban a hacer una reforma energética a la Lázaro Cárdenas? Hablaron hasta del mismo texto…
“Efectivamente, es el párrafo sexto del artículo 27 constitucional que corresponde a hidrocarburos; retoma palabra por palabra lo que fue aprobado el 9 de noviembre de 1940 en materia de hidrocarburos”.
¿Lo hicieron para garantizar la no privatización?
“El presidente desde antes de ser candidato habló explícitamente de su intención: cambiar el marco normativo mexicano en materia de hidrocarburos para permitir, sí, una mayor participación del sector privado bajo las premisas de que no habrá privatización de Pemex, no habrá privatización de las reservas petroleras, ni de la renta petrolera, y esto es algo que lo vino repitiendo en distintos foros como candidato”.
Desde antes de la campaña.
“Desde antes de ser candidato del PRI lo dijo abiertamente. Hay artículos y entrevistas que hablan al respecto y fue un compromiso en su campaña. Desde la etapa de transición nos instruyó a que empezáramos con un estudio amplio de todas las opciones que permitieran conciliar estos dos objetivos fundamentales: por un lado, poder desarrollar a plenitud el sector energético mexicano como una palanca de desarrollo, pero hacerlo sin cometer errores como se cometieron en el pasado, como los excesos de endeudamiento de Pemex o del gobierno federal. Y sin privatizar ni a PEMEX ni a las reservas petroleras. Estudiamos muchas fórmulas, porque en el mundo existen muchas fórmulas, muchas combinaciones. México es, en ese sentido, un caso excepcional, porque somos el único país donde no se permite la participación del sector privado o se permite sólo a través de contratos de servicios, en los cuáles el particular hace lo que Pemex le dice y al particular se le paga”.
Contratos que pueden ser terribles para PEMEX
“Pueden ser muy costosos porque todo el riesgo lo está pagando PEMEX. Hay contratos que funcionan muy bien y otros que no funcionan tan bien. En el resto del mundo existen distintas combinaciones, existen las concesiones, existen los contratos de producción compartida, existen los contratos de utilidad, hay incluso países donde no son concesiones; el caso de Estados Unidos es el más extremo, aquí las reservas en el subsuelo son de particulares, no son ni siquiera una concesión, son propiedad privada”.
Si encuentro petróleo en mi patio es mío, ¿es así?
“Son pocos países en el mundo los que tienen un régimen tan extremo, Estados Unidos es uno de ellos. En la mayoría de los países las reservas petroleras son de la nación, esa es la norma en casi todo el mundo y existen estos distintos mecanismos contractuales como son los contratos de producción compartida, los contratos de utilidad y las concesiones. Después de un análisis serio, amplio al interior del gobierno, el presidente de la República optó por una modificación al artículo 27 constitucional para hacer contratos de utilidad compartida. Esto significa que el presidente no está proponiendo, primero, las concesiones, y segundo, los contratos de producción compartida”.
¿Qué diferencia hay entre los contratos de producción compartida y los de utilidad?
“En los de producción compartida se le paga al particular con petróleo. Si se extraen 100 barriles de petróleo, algunos barriles se le entregan al particular. En los contratos de utilidad compartida, todo el petróleo se le entrega al Estado mexicano, y el Estado lo vende y le entrega un porcentaje de la utilidad a los particulares. En estricto sentido económico, hay muchas semejanzas entre ellos…”
Pues parecen lo mismo.
“Hay muchas semejanzas entre ellos, pero hay muchas diferencias en cuanto al control, al control del activo petrolero que lo retiene por completo el Estado mexicano”.
El petróleo que surja de esos contratos ¿el Estado lo va a vender a través de Pemex?
“El Estado mexicano lo puede vender a través de Pemex o a través de alguna otra entidad del Estado mexicano. Eso sí quedó muy claro en el diseño que propone el presidente de la República, y es cierto: hay naturales semejanzas entre las concesiones, los contratos de producción compartida y los contratos de utilidad compartida, pero la diferencia importante es sobre el grado de control que se tiene sobre el activo petrolero y la producción de petróleo. El presidente tomó la decisión de impulsar los contratos de utilidad compartida y no las otras figuras, a diferencia del Partido de Acción Nacional que, claramente, se va a las concesiones y a la producción compartida. El presidente considera, creo que con argumentos sólidos, que los contratos de utilidad compartida son el mejor modelo, porque nos permiten como país tener un control más estricto de las reservas y de la producción”.
En la época de Cárdenas, ¿qué tipo de contratos se hacían?
“En la época de Cárdenas propiamente no se celebra ningún contrato, ahí se modifica la Constitución, se modifica la ley para permitir los contratos. Pemex celebró solamente 16 contratos, todos fueron contratos de producción compartida; de estos sólo cinco entraron en operación. Son contratos que se celebraron en los cincuentas y que tuvieron relativamente poco peso en la producción total; es decir, contratos que no tuvieran un impacto mayor y después se cancelaron, en 1960, cuando en el sexenio del presidente López Mateos se modificó nuevamente la Constitución y se prohibieron los contratos. La realidad es que, de entonces a ahora, la figura de los contratos se ha vuelto mucho más conocida en el mundo y hoy, tal vez porque somos de los últimos que nos incorporaremos a este régimen, tendremos el beneficio de poder estudiar todas las estructuras de los mejores países y conocer cuáles son las mejores prácticas”.
Tenemos el beneficio de llegar al último porque podemos aprender de los errores de otros, pero…
“Así es...”
Pero te pregunto, Luis, ¿no estamos llegando tarde? ¿La reforma no se tardó un poquito…?
“Es una reforma que hubiera sido muy positivo que se hubiera hecho antes, sin duda alguna. Vemos la declinación de nuestra producción petrolera, llegamos a producir 3.1 millones de barriles diarios. Hoy apenas estamos llegando a 2.5 millones de barriles diarios y con una inversión mucho más grande de la que hacía antes Pemex”.
¿Por qué? ¿Porque es más difícil sacar el petróleo?
“Esto poca gente lo sabe, Federico; hoy Pemex invierte más que en ningún momento de su historia, invierte 20 mil millones de dólares al año y saca apenas lo mismo que hace dos o tres años, mucho menos que hace ocho o nueve años que fue cuando alcanzamos el pico, el punto máximo de producción”.
Según leía yo, así están otras compañías petroleras importantes, todas, la Shell, la British, leía en el Financial Times que en una especie de círculo vicioso gastan más pero producen menos.
“Pero nosotros no nos debemos comparar con compañías. Nos debemos comparar con países como Colombia, que en 10 años ha duplicado su producción o con países como Brasil. El caso colombiano y el brasileño… tienen las tres modalidades de contratos, de utilidad compartida, producción compartida y concesiones”.
Las tres modalidades…
“El caso colombiano y el brasileño tienen las tres modalidades, los contratos de producción compartida, de utilidad compartida y de concesiones. En el caso brasileño hay un yacimiento muy grande o un conjunto de yacimientos que se conocen como la sonda del presal, donde el gobierno brasileño decidió que ahí solamente operaran los contratos de utilidad compartida. El caso colombiano es un modelo fundamentalmente de concesiones, pero hoy el mercado petrolero, los mercados financieros entienden bien estas tres figuras porque son muy conocidas”.
EL RIESGO, LAS EMPRESAS PETROLERAS ESTÁN DISEÑADAS PARA TOMAR MUCHO RIESGO
¿Quiénes van a venir a explotar aquí el petróleo? ¿Las compañías que, según leía, están emproblemadas, financieramente emproblemadas? Por lo menos sus resultados en el último trimestre fueron bastante malos para las grandes petroleras. Por eso preguntaba si no llegamos tarde
“Las empresas petroleras toman riesgo. La definición casi esencial de una empresa petrolera es que se trata de una empresa diseñada para tomar mucho riesgo. Toma riesgo geológico, o sea, hay o no hay petróleo; toma riesgo ambiental, y por supuesto, riesgo financiero de mercado, que es la variación del precio del petróleo. El petróleo es un activo que tiene una enorme volatilidad en su precio”.
Ya nos pasó…
“Ya nos pasó como país. Hicimos una apuesta: gracias al maravilloso descubrimiento de mediados de los setenta de los yacimientos en aguas someras, particularmente en el caso de Cantarell, decidimos como país endeudarnos para aprovechar esa oportunidad y nos llevamos una muy desagradable y, sobre todo, costosa sorpresa. Le costó como pocos episodios a la economía de las familias mexicanas. Entonces, las empresas petroleras toman riesgo. La pregunta aquí es la de si, como nación, nos conviene a nosotros tomar todos los riesgos, o no. Y la respuesta en la que creemos es que no. Tenemos frente a nosotros una gran oportunidad energética. México tiene reservas potenciales cuantiosas en aguas profundas, en lutitas, pero requieren una inversión sustancial. Hoy en día Pemex invierte veinte mil…”
Un proyecto promedio ¿cuánto cuesta?
“En un pozo en aguas profundas la inversión en promedio es de entre 150 y 200 millones de dólares. Saque o no saque petróleo, y el porcentaje de éxito es de entre 20 y 50 por ciento”.
Y antes del pozo, ¿cuánto cuesta la exploración o la investigación?
“Y ese costo del que estamos hablando es cuando ya se decide hacer el pozo, es decir, ya se hizo toda la exploración geológica, con toda la tecnología sísmica tridimensional maravillosa que hoy existe y que tienen los geólogos, que no la tenían hace diez o hace veinte años. Con esa gran tecnología, que también es costosa, ya que se toma esta decisión de hacer los pozos que son maravillas de la ingeniería, que pueden llegar a miles de metros de profundidad, todavía existe un riesgo muy grande. Y si pega, si hay producción, pues nadie sabe a cuánto se va a poder vender ese barril de petróleo”.
Sí, porque el precio puede variar.
“Porque el precio puede subir, puede bajar. Varía. Entonces, hoy tenemos una gran oportunidad. Necesitamos invertir sustancialmente más en petróleo”.
¿Cuántos pozos se pueden perforar?
“En Estados Unidos, en la zona del Golfo de México, que es colindante con nuestra zona del Golfo y que es parte de lo mismo, el año pasado se hicieron 91 pozos. En nuestro lado Pemex hizo tres. Si queremos nosotros, primero que nada, restituir las reservas probadas, porque hoy estos yacimientos son de reservas posibles o probables, pero lo primero que tenemos que hacer, como definición fundamental de la política petrolera, es diseñar una política de restitución de reservas. Y la restitución de reservas no se da rezando para que nos caigan más reservas, que nos las dé la naturaleza…, no es así”.
¿No?
“Tenemos que explorar para tener certidumbre de que existen ahí las reservas, que estén probadas. Como nación es indispensable que tengamos una política de restitución de reservas probadas. Esto requiere capital. Segundo, en materia de producción, para recuperar los niveles de producción que tuvimos y que podemos tener, pues requerimos inversión. Hoy Pemex invierte 20 mil millones de dólares al año y nuestra estimación es que requeriríamos entre 20 y 30 mil millones adicionales para tener una política petrolera de restitución de reservas y de una explotación racional del petróleo. Y entonces entramos al verdadero debate, al más importante, en mi opinión. Ahí está la oportunidad, ese es el monto que requerimos. Imagínate, si cada pozo cuesta 200 millones de dólares, vamos a necesitar entre 20 mil y 30 mil millones de dólares adicionales. Entonces la pregunta es, ¿cómo los vamos a conseguir?”
EL PROBLEMA NO ES QUE NO LE PRESTEN A PEMEX, SINO QUE SÍ LE PRESTEN
No lo menciona por su nombre, pero Luis Videgaray no puede dejar de refutar algo que dijo el ingeniero Javier Jiménez Espriú, que es el principal experto petrolero del movimiento de izquierda, el de MORENA de Andrés Manuel López Obrador, que tanto se opone a la reforma energética
Podríamos pedir prestado para desarrollar a Pemex.
“He escuchado voces, por cierto de gente seria, que dice, ‘pues que ponga Pemex una oficina en Wall Street y que pida prestado’. Hay quien opina que no nos prestarían. No, el problema es, ¿qué pasa si sí nos prestan?”
Es el argumento de Jiménez Espriú. Él dice que es muy difícil controlar a las grandes petroleras y yo le preguntaba, ¿qué es más difícil, controlar a las grandes petroleras o a los grandes bancos?
“Vamos a pensar que invertimos 20 mil millones de dólares más. Que elevamos la inversión de Pemex de 20 mil a 40 mil millones de dólares con una política petrolera en la que estemos todos de acuerdo, de producción racional, de producción de gas que es muy importante, cada vez más importante la producción de gas natural, en fin… y lo hacemos durante 10 años seguidos, eso va a incrementar la deuda de Pemex o del gobierno mexicano…”
Sería un incremento de cuidado…
“Es una falacia decir que no se endeuda el gobierno, que se endeuda Pemex. Es lo mismo, Pemex es una empresa pública. Si nos prestan todo eso, vamos a incrementar entre 18 y 20 puntos la deuda como porcentaje del PIB. Hoy la deuda como porcentaje del PIB está en 36 por ciento; en su punto máximo, en 1982 en la crisis de la deuda, la deuda fue 54 por ciento, o sea, estaríamos haciendo exactamente lo mismo”.
Hay que hacer otra cosa, pues…
“La pregunta es: ¿no hay una forma mejor de hacerlo? Y la respuesta es un claro sí, es un claro sí en el que tengamos contratos, en los cuales conservamos la propiedad de los hidrocarburos. No tenemos por qué compartir la renta petrolera, pero sí compartimos el riesgo. Pagaremos por el petróleo solamente cuando el petróleo esté ahí”.
REFORMA ENERGÉTICA, PALANCA PARA EL DESARROLLO INDUSTRIAL
Es enfático Luis Videgaray al señalar que uno de los mayores beneficios que puede traer la reforma es el de usarse para apuntalar el desarrollo de una industria nacional verdaderamente competitiva, no subsidiada.
En todo este proceso, Luis, ¿qué pasa con los ingenieros mexicanos? La participación del mexicano en todos estos proyectos, ¿qué candados van a establecer ustedes o tienen contemplados en la ley para que si vienen las grandes empresas globales se considere a gente mexicana?
“Yo creo que, otra vez, como somos los últimos en llegar a éstos esquemas contractuales podemos también analizar este ángulo que es, en mi opinión, fundamental. Algunos países lo han hecho muy bien, tal es el caso de Brasil, donde hay reglas muy explícitas y estrictas de contenidos nacionales; en el modelo que propone el presidente Enrique Peña Nieto se busca no solamente invitar a empresas a que vengan a invertir a México y que nos ayuden a no endeudarnos para desarrollar nuestro petróleo, sino que también tengan una obligación de desarrollar a una industria petrolera nacional…”
¿Se les puede obligar entre comillas a tener proveedores mexicanos?
“Por supuesto, esas son las reglas de contenido nacional y funcionan muy bien en países como Brasil. El que venga a México tiene que contratar personal mexicano, tiene que entrenar personal mexicano, tiene que subcontratar, porque todas las empresas petroleras subcontratan servicios, los servicios con mexicanos, hacer compras en México”.
¿Qué tan sencillo es hacer eso?
“Yo creo que nos tenemos que quitar algunas ataduras ideológicas y una de ellas es, la de que en México no hacemos política industrial. Llevamos mucho tiempo con eso, tal vez son resabios de aquel Consenso de Washington de los ochenta y los noventa, cuando se decía que los Estados no deberían, los gobiernos no deberían de hacer una política industrial. Somos tal vez el único país que se quedó ahí, porque hoy todos hacen política industrial, y sin duda una palanca para hacer política industrial es el sector energético y lo puede ser con reglas muy claras de contenidos nacionales”.
Que compre a los mexicanos, pues.
“Si se van a comprar materias primas, que se compren en México; si se va a contratar personal, que sea mexicano. Así podemos tener un verdadero renacimiento de la ingeniería mexicana en materia de petróleo”.
¿Qué pasaría o qué pasará con el Instituto Mexicano del Petróleo con esta reforma? Era un orgullo de los mexicanos?
“El Instituto Mexicano del Petróleo debe fortalecerse y jugar un papel mucho más importante del que juega hoy, lo mismo que la Comisión Nacional de Hidrocarburos, lo mismo que la Universidad Nacional Autónoma de México y que el Poli… La información, la investigación en materia de energía del petróleo, las tecnologías las debemos desarrollar. Conforme México se convierta en un lugar más activo en la innovación vamos a tener mayores inversiones en ciencia y tecnología, mayor capacidad de desarrollo de ideas propias y de tecnología propias”.
¿Es posible ver a empresarios mexicanos en estos proyectos?
“Sin duda, sí, el asunto es que se requiere tener balances muy grandes para tomar estos riesgos y sin duda hay algunas empresas mexicanas que podrán tener la capacidad. Creo que lo más importante será que las empresas mexicanas le apuesten a la industria petrolera a través de asociarse con Pemex o con jugadores internacionales y que vayamos desarrollando una industria nacional competitiva. No podemos apostar al desarrollo de una industria nacional que vive del subsidio o que vive de un apoyo del gobierno. Sí, tenemos que desarrollar industria mexicana, pero tiene que ser una industria plenamente competitiva, y este modelo de asociación, de claras reglas de contenido nacional puede ser también un buen instrumento de la política industrial”.
Pedí una entrevista a un empresario importante. Me dijo: “No te puedo dar la entrevista porque dependiendo de cómo salga la reforma quizás invierta en eso”.
“Pero no solamente hay que tener dinero, hay que tener también… conocimiento y apetito por el riesgo, porque la petrolera es una industria altamente riesgosa”.
¿Es un casino el petróleo? Digo, con tanto riesgo.
“No, porque en un casino se toman apuestas aleatorias, en este caso son apuestas informadas. Pero son apuestas, y de gran envergadura”.
LA TESIS DE DOCTORADO SOBRE EL PETRÓLEO Y LOS IMPUESTOS
Mucho se ha comentado, desde que empezó a hablarse de la reforma energética, que el actual secretario de Hacienda, cuando estudiaba su doctorado en economía en Estados Unidos realizó una tesis acerca de petróleo e impuestos.
Hiciste una tesis, cuando eras estudiante, sobre el petróleo y los impuestos. En esa época ¿pensabas de alguna manera en esto?
“Te voy a decir la verdad, cuando hice mi tesis lo que quería era que fuera aprobada, para poder obtener el título de doctorado, ese era mi principal objetivo. Como creo que es lo que cualquier estudiante de doctorado quiere”.
Ya habías trabajado en el sector público. ¿no es así?
“Lo que es un hecho, es que yo estaba estudiando en Estados Unidos. Ya había trabajado en la Secretaria de Hacienda, tres años antes de estudiar el doctorado. Y en un verano trabajé en la Secretaría de Energía, en un proyecto que fue un análisis comparativo del régimen fiscal del petróleo en cerca de 30 países. Jesús Reyes Heroles era el secretario de Energía, y muy amablemente me contrató para hacer este proyecto. Fue un proyecto de 2 meses y me permitió, un poco, ver la diversidad de modelos contractuales que existen en el tema del petróleo. La diferencia entre una concesión, un contrato de producción compartida. Luego de esta investigación, al regresar a la escuela, platiqué con uno de mis dos asesores de tesis y me dijo: ‘A lo mejor ahí hay un buen tema de investigación’. Sobre cómo los distintos mecanismos contractuales pueden afectar las finanzas públicas y el comportamiento de los gobiernos, y bueno, al final de cuentas, la tesis no fue exactamente eso, fue más bien el efecto que tienen en las finanzas públicas los choques positivos o negativos en materia de petróleo, ya sean descubrimientos o choques de precios, y al final de cuentas lo que concluimos, mis asesores de tesis y yo, es que los gobiernos tienden a tener una visión cortoplacista… de muy corto plazo”.
Tú mencionabas en tu tesis un concepto que entiendo han desarrollado economistas, el ‘oportunismo político’. Ahora. ¿crees que este concepto puede echar a perder la reforma?
“Déjame precisar. Estás haciendo arqueología en mi historia personal. En aquella tesis que terminé en junio de 1998 lo que veíamos es que a veces, por razones de carácter político, se hace una administración de recursos con visión de muy corto plazo, particularmente cuando hay buenas noticias repentinas en materia de petróleo y no se prevé que es una industria muy volátil y que las muy buenas noticias se compensan en el tiempo con muy malas noticias. Creo que sería una falsedad asegurar que mi tesis de doctorado tuvo algún impacto en la reforma energética”.
En la reforma, no. Pero en tu formación, sí.
“El impacto que tiene aquel trabajo y esos años de estudio, es que uno de los elementos esenciales de cualquier política energética, es la relación entre el fisco nacional y el petróleo. Independientemente de si es una empresa nacional o son particulares, ahí hay una relación distinta a la que hay con las empresas ordinarias, porque está la renta petrolera”.
Llegamos al tema de los impuestos e Pemex.
“¿Cómo crear un marco que permita una administración racional y de largo plazo del activo? Entre lo que propuso el día de ayer el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, está que tenemos que revisar de manera íntegra el régimen fiscal de Pemex. Hoy el régimen fiscal de Pemex implica que a Pemex no se le trate como a una empresa. A Pemex se le trata como si fuera una secretaria de Estado. Pemex necesita un tratamiento fiscal de empresa”.
Hay consenso en eso.
“Hay un ensayo del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, del año pasado, que dice: ‘El problema no es que Pemex pague más o menos impuestos que otras empresas petroleras en el mundo; Pemex paga más o menos lo mismo. El problema es la forma en que lo hace’. Es una forma en que… la relación entre la Secretaría de Hacienda y Pemex es esencialmente al revés de lo que pasa en el resto del mundo. Lo normal es que una empresa tenga impuestos, genere utilidades y después se toma una decisión racional sobre qué hacer con las utilidades. Al final el único dueño de Pemex es el Estado mexicano. El Estado tiene que, a partir de un monto de utilidad, decidir si reinvierte en la empresa o toma un dividendo. Así ocurre en Petrobras y en Ecopetrol de Colombia. En México, no. En México, Hacienda quita todo y después se le da a Pemex lo que está en el presupuesto”.
¿Qué tanto le quitan o no le dan a Pemex?
“Es interesante que en el presupuesto de Egresos de la Federación a Pemex le han dado cada vez más recursos en los últimos años. No es precisa la información de que cada vez el gobierno, a través de Hacienda, le quita más recursos a Pemex; la verdad es que los datos de los últimos años muestran lo contrario. Ante la declinación de las reservas, el gobierno mexicano le ha tenido que meter mucho dinero a Pemex para tratar de sostener la plataforma de producción, estabilizándola. Nos hemos estabilizado en los últimos cuatro años en 2.5 millones de barriles diarios en proyectos muy costosos y muy complejos como el de Chicontepec, en Veracruz”.
No ha ido tan mal la cosa, pues…
“Pero el problema es que en esta lógica, no hay una planeación a largo plazo. No hay una política de administración patrimonial del pueblo de México. Por eso, es fundamental que tengamos un nuevo régimen fiscal, que permita que el gobierno mexicano se comporte no como un recaudador, sino como dueño de un patrimonio que se administra con racionalidad a largo plazo. A final del día, las utilidades de Pemex van a ser para el Estado mexicano. La pregunta es ¿cuándo y cómo? Yo no tengo la menor duda de que con una buena política petrolera, de hidrocarburos, le va a ir mejor a Pemex y le va a terminar yendo mejor al propio gobierno mexicano, por los impuestos que le cobre a Pemex, que tendrán que ser más moderados, y por los dividendos que reciba de Pemex”.
Hay que cambiar las reglas fiscales de Pemex, por lo que entiendo.
“Este cambio es tan importante como el cambio en el régimen contractual y no se puede entender el uno sin el otro. Son dos piezas esenciales de la reforma energética”.
LA NECESIDAD DE DIALOGAR CON LOS QUE SÍ QUIEREN DIALOGAR
Por último Luis, hay diálogo de Peña Nieto con la izquierda en el Pacto por México, pero no con toda la izquierda. Pienso que con la parte más importante de la izquierda, la que le ha generado votos a la izquierda, no existe ese diálogo. Me refiero al movimiento de López Obrador, quién es antidiálogo por definición. ¿Qué piensan hacer para tratar de entenderse con esta parte tan importante de la izquierda, pero tan cerrada a la posibilidad de dialogar?
“Creo que es algo que ha caracterizado al Presidente Enrique Peña Nieto desde la etapa de transición como presidente electo. Ha hecho del diálogo político un valor superior en la administración. Vemos con gran normalidad el que los liderazgos de los partidos políticos, de derecha o de izquierda, se sienten a hablar de temas muy diversos. Fue muy notable ayer una reunión, de una de las mesas del Pacto por México, en la que estaban los presidentes de los partidos, estaba el secretario de Gobernación, estaba yo. En el día que se presentó la reforma energética teníamos una agenda que incluyó el periodo extraordinario, se habló de reforma política, transcurrió ese diálogo con toda normalidad. Eso es muy bueno para el país. Es esencial para el buen funcionamiento de la democracia”.
¿El diálogo es posible con todos?
“Quien esté convencido que la democracia es el mejor sistema de gobierno para México, y yo lo estoy, tiene que creer y apostarle al diálogo. El diálogo requiere paciencia para escuchar opiniones distintas; requiere aceptar la diferencia. Es un ejercicio de tolerancia. Requiere tiempo, mucho tiempo, pero vale la pena como un valor superior para consolidar a esta joven democracia mexicana que la gente espera genere resultados”.
Pero no hay diálogo con todos…
“En ese sentido, el presidente de la República no dejará de promover un entorno de diálogo con quien quiera dialogar. Afortunadamente vemos un amplio espectro político que coincide en ese valor del diálogo. En democracia y a través del diálogo nadie tiene capacidad de imponer su visión como única. Los resultados siempre son una mezcla de las distintas visiones, por eso el Pacto por México no representa la visión de una de las partes en el modo en que se han ido procesando las diferentes reformas. El presidente Enrique Peña Nieto va a seguir apostando por el diálogo”.
¿Cómo va a ser el México que surja después de las reformas?
“Tengo la convicción de que será un México que pueda crecer más y con un crecimiento más justo, en el cual los mexicanos podamos ver un claro valor de la eficacia de nuestra democracia. Que quede claro que los acuerdos políticos pueden dar resultados a la gente. Eso será a través del crecimiento económico incluyente, que no sea sólo para unos cuantos y unas cuantas empresas o algunas ciudades del país. Que incorpore al sur del país al desarrollo económico. Eso es en lo que estamos trabajando”.
Esa es la historia de 2013, el de las reformas.
“Sin duda 2013 es un año importantísimo porque se están haciendo cambios transformacionales. Lo que ocurra en las próximas semanas y meses es determinante para la historia económica de los próximos años e incluso décadas. Es una gran oportunidad y todo se hace con un solo propósito, que es que a la gente le vaya mejor, que se sienta en los bolsillos de las familias mexicanas. Estoy muy optimista, creo que vamos en la dirección correcta”.
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