Alfredo Bielma Villanueva
alfredobielmav@hotmail.com
Muy ad hoc al cuento aquel en el que se carga la culpa a la partera, el subsecretario de turismo del gobierno veracruzano recomienda a los alcaldes ponerse las pilas para combatir al comercio ambulante, En cuanto a la displicencia con la que no pocos alcaldes abordan su responsabilidad tiene razón el vocero de turismo, pues es obvio que prefieren el ornato a resolver aunque fuere en parte lo que de fondo debieran. Pero, también en el fondo, el programa de desarrollo turístico no radica en el combate a la economía informal sino, con mucho, en la infraestructura con la que se cuenta y la eficiencia y eficacia con la que se implementan los programas de promoción y fomento turístico.Se antoja comodina la actitud del subsecretario de referencia volteando hacia el nivel de gobierno menos auspiciado, sin observar la viga que llevan a cuestas sus adláteres en el gobierno estatal. ¿Por qué no exhorta al secretario de comunicaciones para que mejore las condiciones de las carreteras en el estado? Porque, será difícil, por ejemplo, que el turismo que entra por El Trópico para disfrutar de la carretera escénica a Monte Pío, después del martirio al carro, desee regresar a Los Tuxtlas y aún menos y recomendar la visita. ¿Quién de los visitantes querría volver a padecer los embotellamientos de tráfico vehicular en Xalapa, o los bloqueos carreteros en el territorio veracruzano?
En conferencia de prensa el subsecretario dijo que el comercio ambulante “permea y da una mala imagen a las ciudades en materia de turismo, de la misma manera que afecta a los prestadores de servicios establecidos…”. También señala la mala impresión que se lleva el turista por abusos en las tarifas que arbitrariamente aplican algunos palaperos. No le falta la razón, ciertamente se cometen verdaderos abusos precisamente con el turismo de menor capacidad económica, habrá que convenir en esto último pues es innegable que el turismo pudiente no pulula por esos lares. Pero no estaría de más que la dependencia que representa el interfecto se coordinara con su similar de la federación, que sí tiene la facultad para imponer sanciones y vigilar que no ocurra lo que critica.
No que al comercio informal al que se refiere el subsecretario de turismo quede impune por actos arbitrarios, tampoco que se desconozca la pésima imagen que provoca pero ¿ya lo comentó con el secretario de comercio e industria del gobierno estatal para implementar programas que reduzcan el problema que genera este tipo de comercio? Porque este asunto debiera combatirse desde la raíz: la pobreza y el desempleo.
Solo por no dejar la idea en el aire revisemos el panorama a vuelo de pájaro: En 2010 había en México, por lo menos, 11.7 millones de personas en pobreza extrema y se pretende reducirlo con el programa de combate a la pobreza, un propósito loable, que avanzará con dificultad si el gobierno federal no lo complemente con la estrategia de generar empleos bien remunerados, pero reales, no de “los bien pagados” que se presumen en algunas entidades de la federación.
Los Programas federales contra la pobreza y el hambre que aplican algunos estados son un buen intento, ejecutan una estrategia que se centra en zonas determinadas, consideradas de las más pobres, pero no atacan frontalmente el problema en los grandes centros urbanos. Xalapa es una referencia pues aquí la pobreza alcanza a 177 mil 918 personas (Coneval), un 37% de la población, cuya carencia alimentaria va en aumento ¿a qué se dedicarán, cuando crezcan, los niños de familia en esas paupérrimas condiciones?
Un estudio de la Secretaría de Desarrollo Social (sedesol) informa que Xalapa, la capital del Estado de Veracruz, tiene 113 manzanas consideradas como zonas de atención prioritaria para 2013, según Decreto Oficial de la Federación del 27 de diciembre de 2012. Todo un caldo de cultivo para el comercio informal.
En Veracruz hay una población de 4 millones 454 769 de personas en pobreza, y en pobreza extrema un millón 386 mil 426 personas. ¿Por qué no se han reducido en México los índices de pobreza, a pesar de los miles de millones de pesos que se han destinado para ese propósito desde que se programó el gasto social? Las respuestas las tenemos todos los mexicanos: corrupción e ineptitud, pésimo diseño e implementación de los programas, excesiva burocracia, etcétera.
El Estado de Veracruz ocupa el cuarto lugar en pobreza alimentaria y en uno de nuestros polos turísticos de mayor desarrollo, el municipio de Veracruz, 80 mil personas entran en ese marco (Coneval).
Se aproxima el periodo de las evaluaciones sexenales, de saber si el gasto social en Veracruz ha logrado reducir la pobreza, datos del Coneval revelan cierto avance, que pudiera ser un reflejo del éxito del programa “Adelante”. Pero no se trata de echar las campanas al vuelo pues habrá que esperar si alcanza para reducir a la mitad la pobreza en el Estado de Veracruz, tal cual está establecido en el Plan Veracruzano de Desarrollo. Si bien la reducción de que se habla va del 57.6% al 52.6% en el tercer año del gobierno duartista, el tramo para alcanzar la meta aún es largo; salvo que ahora sofísticamente se argumente que la meta que se planteó fue llegar al 50%, es decir, otros 300 mil más y ya quedó. Pero ¿y los 4 millones restantes?
En verdad, la información que recientemente se publicó respecto al decremento del porcentaje de pobreza está hecha para conformarla a capricho; por un lado se dice que el éxito de los programas de reducción a la pobreza se nota más en estados como Veracruz, Zacatecas, Durango, Querétaro, Chihuahua y Campeche, pero a la vez que se informa que la pobreza en México aumentó un punto porcentual, y que los estados en donde se incrementaron los niveles de pobreza son Puebla, Veracruz y Guerrero. Adicionalmente, Coneval dice que en Veracruz la población vulnerable por carencias sociales en 2010 era de un porcentaje de 23.6% pero en 2012 aumentó a 30,6%.
Así las cosas, parece cuesta arriba que el nivel de gobierno municipal ponga orden en el creciente número de personas dedicadas al comercio informal. No es conformismo, pero ni en el puerto de Veracruz, ni en Boca del Río, ni en Xalapa o Córdoba se le ven tamaños e interés a sus autoridades municipales para poner orden en ese renglón. A ver si los que vienen…
alfredobielmav@hotmail.com
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