Tremendo ridículo a nivel
internacional el del gobernador de Quintana Roo, ¨Don Roberto Borge¨.
La novela ¨Casi el Paraíso¨ de Luis Spota, cuenta la historia de un
italiano Don Nadie, que logra llegar a México y se hace pasar por un
aristócrata de nombre Ugo Conti. Quien jamás vendría a desmentirlo por padecer
de sus facultades mentales y estar internado.
Este caza fortunas logra entrar a la alta sociedad mexicana, gracias a
la urgencia de los ricos nacos, que aspiran a codearse con la nobleza europea.
Le toma el pelo a todo mundo, se hace de fortuna, mujeres, regalos, y es el
socialité más requerido y esperado en fiestas y reuniones, hasta que el FBI
descubre su identidad ante la gente de ¨Alto Pedo¨ y es expulsado del país.
Al usar la personalidad de Ugo Conti, este buscavidas sabe que llegar a
México es llegar a la tierra de las oportunidades, dónde no hay aristocracia,
pero sí una urgente necesidad de los ricos nacos, de demostrar su alcurnia
codeándose con la alta sociedad europea. Sabe que nadie verificará su
identidad, pues todo mundo querrá ser amigo de un príncipe, y sabe sobre todo,
que el espíritu de la Malinche sigue enseñoreándose en los corazones de los
nuevos ricos mexicanos.
Lo mismo le pasó al gobernador
de Quintana Roo, quien fue víctima de un charlatán argentino, quien le hizo
creer que era titular de una organización afiliada a las Naciones Unidas, y quien le explicó que el estado de Quintana
Roo había competido contra las ciudades de Roma, París y Río de Janeiro, y que
al final el estado había ganado para convertirse en la capital mundial del
turismo por la paz en todo el mundo.
El propio gobernador platica en
entrevista, que recibió a Don Carlos Alberto Peralta (el argentino estafador)
en la casa de gobierno, y de quien recibió la buena nueva. Por cierto el gober culto (seguramente así le
llamarán) le manda un saludo a Don Ban Ki Moon (que cosa más ridícula),
agradeciendo la gentileza y el nombramiento para el estado.
Nadie en el gobierno del estado
osó verificar la información en las oficinas de la ONU. Nadie dudó ni pudo ver
el traje nuevo del emperador. Si el
gobernador decía que el argentino era legítimo, la distinción para el estado
también lo era, y nadie dudó un segundo, ni se atrevió a confirmar tal
nombramiento.
Así, desnudo (en su ignorancia)
ante la opinión pública de Quintana Roo, dejaron que su gobernador hiciera uno
de los ridículos más sonados a nivel mundial. María Luisa Chávez, del
departamento de información pública de la ONU en México desconoce a la
organización mundial por la paz que preside el argentino. Informa que en sus
fraudes ya son conocidos en todo el planeta, y que todo lo hace con el fin de
obtener recursos económicos de aquéllos galardonados.
Una vez más se repite la
historia de Ugo Conti. Una nueva
aristocracia sexenal cae en una trampa burda, tejida con acento
extranjero. Un nuevo integrante de la
casta divina, aspira a tener un título nobiliario, en este caso, embajador
turístico de la paz, y cae en la trampa, por ambición pero sobre todo por ego
desmedido.
Seguro hoy al gobernador de
Quintana Roo le duele muy poco el dinero entregado a cambio del nombramiento
(bien o mal no es suyo, es de los habitantes de su estado). Sin embargo, lo que lo debe de tener dolido
hasta el alma, es el tremendo ridículo, local, nacional e internacional. Local porque el nombramiento se hizo en cena
de gala, con discursos de por medio, ante lo más granado de la casta política y
de la sociedad quintanarroense. Nacional
porque ya se supo, y seguramente Peña Nieto lo tendrá a la mayor distancia
posible, lo que implica su tumba política, y un recuerdo imborrable en la mente
de sus adversarios y enemigos que lo perseguirá hasta el fin de sus días. Internacional, porque como muchas de las
noticias que surgen en nuestro país, esta le da la vuelta al mundo, para
demostrar una vez más, que somos una república bananera, gobernada por
ignorantes ególatras. Aunque el gobernador culto, no sea ni tan ignorante ni
tan ególatra como este acto lo presenta.
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