LA DEL PAIS Por: Gilberto Haaz Diez

Acertijos

*Todos allí andan, ¿Y Quadri?. ¿No dirá nada?. Camelot.

LA DEL PAIS
Peña Nieto ha concedido entrevistas a 40 medios internacionales: CNN, ABC, CBS, BBC, Telemundo, Univisión, Al Jazera, Wall Strett Journal, New York Times, Washington Post  y hasta The Chronicle de Tierra Blanca.
Una entrevista en el diario El País, explica algunas cosas.
¿Qué modelo de presidencia tiene en la cabeza?, le preguntan.
“Los gobernadores de los Estados se han convertido casi en unos virreyes, ¿los va a disciplinar?”, remató el entrevistador.
En la antigüedad, cuando el dinosaurio dormitaba y pastaba sobre la faz de la tierra mexica, no había viento que moviera hoja de árbol sin que en Los Pinos no se enteraran.
Virreyes han sido gente poderosa. El Virrey era el responsable de gobernar y administrar como representante y en nombre de la corona española, una provincia o un país. Como le ocurrió a México, que tuvo tantos como presidentes tuvo el PRI. Desde Antonio de Mendoza hasta don Juan O’Donoju, que salió por piernas antes de que llegaran los lopezobradoristas enchilados.
La gente, los votantes, están seguros que esa negra historia del priísmo no se va a repetir. Aquella cuando los presidentes disponían de las cabezas de los gobernadores de su partido. Hubo casos excepcionales donde, ganadores, no les dejaban tomar posesión. Allí nació la palabra ‘concertacesión’, que se le adjudicó al vocabulario político mexicano. En tiempos de Salinas, en Michoacán no permitieron que Eduardo Villaseñor tomara posesión como gobernador. Había que darle el paso al PRD para legitimar al presidente priísta. Gobernó solo 21 días y un veracruzano, Fernando Gutiérrez Barrios, le llamó una mañana a nombre del presidente pidiéndole la renuncia. El hombre leyenda le envió por Fax (no existía el internet) el texto de la renuncia para que lo firmara, lo devolviera por el mismo conducto, y lo leyera a los paisanos.
Polvos de aquellos lodos.
Cuentan que el poderoso y omnipotente presidente Salinas, cada mañana que se levantaba preguntaba qué gobernador se había portado mal. Va un dato:
¿Cuántos gobernadores removió Salinas?
Entre 1988 y 1994, 17 gobernadores dejaron su cargo. Si el sexenio duró 2 mil 190 días, un gobernador abandonó su cargo cada 4 meses y medio. De manera que en ese sexenio más de 50 millones de mexicanos (62.1% de la población) fueron gobernados por autoridades que no ganaron su puesto mediante el sufragio directo.
Fuente: Adriana Amezcua y Juan E. Pardinas, Todos los gobernadores del presidente. Grijalbo, 1997.
Salinas enloquecía de poder.

COMO MACAIO: AL CAIAJO
Echeverría no fue caso excepcional. El poder de los presidentes se media por el número de renuncias de los gobernadores. Salinas llevó medalla de oro, por ir a los olímpicos.
Echeverría tuvo su Watergate. Una mañana impulsó a Carlos Armando Biebrich a gobernador por Sonora querida, tierra consentida. Estaba muy chavo y no podía ser gobernador por lo joven. Faltaba menos, Echeverría mando modificar la Constitución local y asunto concluido. Cuando gobernaba el chaval Biebrich, años después, se equivocó y se fue por la candidatura presidencial de Mario Moya Palencia, desoyendo al presidente. Faltaba menos. Echeverría le mandó unos campesinos a tomarle unas hectáreas. Hubo un enfrentamiento con la policía, un muerto fue el saldo y Biebrich a la burguer, como decía Macaio: al caiajo (Macario, que es su nombre, no puede pronunciar la ‘ere’, de allí el chiste). Así se las gastaban.

¿DISCIPLINARLOS?
Por eso ahora, cuando el periodista del afamado diario El País, Luis Prados, habla de si Peña ‘va a disciplinar a los gobernadores’, los pensantes creen que aquellas historias murieron. Peña Nieto no puede disciplinar a nadie. Ni aunque sean de su partido. Los gobernadores priístas, cuando aquel 2 de julio que no se olvida, día que llegó un vaquero chaquetero con botas (Fox) y los expulsó de Los Pinos, expulsó también el poder presidencial para quitar y poner.
Habrá, además, 21 gobernadores priístas, un poder real.
Cuando aquel 2 de julio, en la orfandad y con un presidente de otro partido, los gobernadores comenzaron a crear sus mesas redondas, como los Caballeros del Rey Arturo. Se aglutinaron donde pudieron. Lo mismo en la Conago entre los demás gobernadores de la oposición, para hacer un frente común.
Fox y Calderón no se metieron con ninguno. Y a ninguno trataron de derrocar. Aunque una vez Fox, por el odio hacia Andrés Manuel, le quiso desaforar.
Eran otros tiempos. Ese poder presidencial se fue para nunca volver.
Y no es el PRI. Es el país que cada que vota juzga. Le da a Peña Nieto la presidencia, pero no le da el Congreso. Habrá que negociar.
La respuesta de Peña, a la pregunta si los va a ‘disciplinar’:
“Debemos lograr gobiernos no solo a nivel federal si no también a nivel estatal y municipal con mayor transparencia y mayor rendición de cuentas, más allá del origen partidario que tengan. Es una exigencia de la sociedad democrática que hoy tiene nuestro país. Hay que lograr a través de la participación de los ciudadanos la vigilancia sobre los gobiernos en los tres órdenes. Este es un compromiso que he asumido para el Gobierno de la República y emprenderé acciones que permitan la transparencia, con sistemas de fiscalización, claros, entendibles para todos; habrá una comisión nacional anticorrupción para atender las denuncias que hubiese en cualquiera de los tres órdenes de gobierno”.
O sea, no dijo nada, se escabulló, se fue por la tangente, diría mi hermano.
Comentarios: haazgilberto@hotmail.com