ARTICULISTA INVITADO
En el último año los casos de bullying se han acentuado en nuestro país, lo cierto es que desafortunadamente el acoso escolar ha existido desde hace mucho tiempo. Los chicos que en las décadas de los 70's a 90’s realizaban el acoso hoy se encuentran inmersos en nuestra sociedad y son, en muchos aspectos, impulsores de la violencia que inunda actualmente el país.
Según datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en los últimos dos años los casos de bullying han aumentado en un 10% y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala a México como el primer lugar en casos de bullying a nivel secundaria e índices alarmantes en escuelas primarias públicas y privadas.
El problema tiene alcances de alto impacto, aun si realizamos un análisis superfluo, podemos observar que el bullying tiene dos problemas fundamentales para la sociedad: uno es el problema de la agresión en sí misma porque tienen consecuencias inmediatas hasta llegar a la muerte del agredido y consecuencias a largo plazo que determinan el actuar futuro del agresor y el agredido; y el segundo problema, y quizá más grave, es la aceptación social que tiene la violencia como medio de resolver conflictos o diferencias la cual queda expuesta en muchos casos cuando los padres, autoridades y compañeros no intervienen para detener las agresiones o peor aun llegan incluso al extremo de provocarlas y de animar se incurra en estas conductas reprobables de acoso escolar.
Una cuestión en la que ponemos poca atención tiene que ver con la correlación existente con la violencia expuesta en televisión, que genera que los niños reproduzcan esos esquemas de violencia, debido a que en el televisor podemos encontrar diversas series relacionadas con el narcotráfico que narran violencia pura, de ahí que no extraña que los niños cobren "derecho de piso" por cuestiones como entrar al sanitario o tener protección, imitando a personajes televisivos que hacen lo propio con empresarios y comerciantes.
Si bien tenemos las denuncias y una institución que investiga, ahora debemos generar y apoyar las acciones preventivas y correctivas para resolver este problema que nos lastima y además exhibe internacionalmente.
El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ha puesto especial atención en el bullying por considerar que vulnera las bases de nuestra sociedad y ha expresado su preocupación por cambiar esta lamentable situación lo antes posible.
El acoso escolar nos pone en peligro de generar mayor violencia a futuro cuando una generación de abusadores escolares tomen posiciones dentro de la sociedad y generen abusos y acosos en otros ámbitos como el laboral.
La estrategia gubernamental planteada tiene un buen inicio, pues justamente desde la educación es donde podemos realizar una fase de contención y otra de reeducación, al generar un cambio social radical en la manera de manejar los conflictos desde la edad temprana en primarias y secundarias, sin embargo, desde el hogar también debemos de coadyuvar ante este problema.
En lo personal, me siento conmovido por la violencia que puede registrase en las escuelas, comprendo también la indignación y el sentimiento de impotencia de los padres que han perdido a un hijo por causa del bullying, porque yo también soy padre y sé que no existe algo más doloroso que ver el sufrimiento de un hijo.
Tengo la convicción de sumarme al combate del bullying en todas sus facetas y desde el Senado de la República seguiré haciendo propuestas para que, en este caso, se prevenga cualquier tipo de violencia escolar, laboral o intrafamiliar.
No podemos sólo observar como nuestra sociedad continúa desestructurándose, es tiempo de generar cambios de paradigmas radicales orientados a una sociedad más tolerante, una sociedad convencida de que el respeto de los derechos ajenos y el cumplimiento de las obligaciones propias es la mejor manera de convivencia social.
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